25 abril 2007

Descubierto un exoplaneta de tipo terrestre en la zona de habitabilidad

Por medio de diversas fuentes, como Astroseti, he sabido que en torno a Gliese 581, una enana roja que esta a unos 20,5 años-luz de la Tierra, se ha descubierto un planeta terrestre, esto es, uno del estilo de la Tierra, con superficie sólida y atmósfera relativamente delgada. Se estima que su radio es una vez y media el terrestre y que está muy próximo a su estrella.

En lo referente a los planetas que orbitan otras estrellas, aunque se han localizado muchos, casi siempre se tratan de gigantes gaseosos, debido a que son los más fáciles de encontrar. Asimismo, dado que es más fácil hallar indirectamente un mundo mientras más cerca está de su estrella, la gran mayoría de los exoplanetas localizados hasta la fecha son grandes y próximos a la estrella.

La novedad es que se cree que este es rocoso, y debido a que Gliese 581 es una enana roja, este mundo está dentro de la zona de habitabilidad de su sistema solar, esto es, la región en la cual la radiación solar es tal que permite unas temperaturas en los planetas que orbitan en la zona adecuadas para que pudiera haber vida.

Si se descubre que este tipo de planetas es común, estaremos más cerca de verificar experimentalmente que la vida no es exclusiva de la Tierra.

23 abril 2007

Proyecto Zivis

A través de la Bitácora Cultura Libre, he tenido noticias de un proyecto de computación distribuida con fines científicos que utiliza la infraestructura de BOINC. Lo interesante de este proyecto es que se trata del fruto de la colaboración de estas tres instituciones:

  • Ayuntamiento de Zaragoza.
  • Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI), de la Universidad de Zaragoza.
  • Laboratorio Nacional de Fusión del CIEMAT.

Utilizan la potencia de cálculo no utilizada por los ordenadores para realizar diferentes ejecuciones de modelos relativas, por el momento, al comportamiento del reactor de fusión experimental TJ-II del CIEMAT. En el fondo, está muy cerca de la realidad el hecho de que el proyecto Zivis constituye un superordenador ciudadano.

Más vínculos para esta iniciativa son la página de gestión, y la página principal del proyecto en sí

Como he dicho un montón de veces, aparte de que los cálculos científicos realizados tengan valor en si mismos, lo mejor de estas iniciativas es que aumentan el interés por la ciencia.

Y ya puestos a soñar, ¿llegará el día en que empresas privadas españolas se pongan a organizar cosas de esta clase?

08 abril 2007

Economía y exploración espacial (I)

Esta bitácora nació como una de empresa; pero haciendo recuento, apenas un 10% de las entradas está dedicada a cosas que tengan algo que ver con eso. Voy a intentar mejorar este porcentaje con la siguiente serie de artículos. De todos modos, estas tampoco van a ser entradas puras de cuestiones empresariales, sino de reflexión científica, nuevamente en la línea de la vida extraterrestre.

Hemos estado hablando hace poco de la búsqueda de vida inteligente, de la Paradoja de Fermi, que dice que si hay un número, aunque sea pequeño, de civilizaciones técnicas en la galaxia, que la estén explorando, ya deberían habernos encontrado. Es más, una civilización técnica lo bastante avanzada colonizaría decenas de sistemas estelares próximos, lo que permitiría que cada uno de esos sistemas fuera localizable por sí mismo y, además, sirviera de base para nuevas detecciones o exploraciones. Pero, ¿realmente una civilización avanzada tendría incentivos para la exploración y la colonización?

En primer lugar, un rasgo común de cualquier especie debería de ser su capacidad para extenderse sin límite. Se debe a que una que sea capaz de hacerlo, tenderá a prevalecer sobre otra incapaz de crecer sin otra limitación que el alimento disponible. Esto nos sugiere un impulso "psicológico" para la exploración espacial una vez una civilización sepa que existen otros mundos aparte del propio.

Antes he puesto "debería", porque hay cosas que matizar, y que se ven facilmente en el ser humano. Teóricamente, una población humana puede crecer sin limitaciones si tuviera un espacio libre ilimitado; sin embargo, los recursos son limitados. Por ello, multitud de sociedades primitivas tienen una estructura social de tal clase que impide que la población crezca indefinidamente. Se cree, por ejemplo, que la belicosidad de los Yanomamis y su desprecio hacia las mujeres son medidas que impiden que su población aumente por encima del límite que su ambiente puede soportar; la belicosidad reduce la población masculina y el infanticidio femenino disminuye el número de mujeres capaces de tener hijos.

Para una civilización como la nuestra, de escala planetaria, tarde o temprano habrán de establecerse equilibrios sociales equivalentes, ya que los recursos de un planeta son necesariamente limitados y la población no puede crecer sin freno. Sin embargo, la población máxima que un planeta puede albergar es directamente proporcional a la capacidad tecnológica y, muy importante, a las estructuras sociales. Así, se cree que nuestra tecnología agrícola permitiría alimentar sin problemas a una población puede que el doble de grande que la actual. Desgraciadamente, la organización social y política actuales del planeta no lo hacen posible con una población inferior.

Supongamos, sin embargo, que la población de una civilización alienígena ha llegado al máximo soportable. ¿Qué medidas podrían aliviarlo? Se me ocurren las siguientes:

1) Orientación del desarrollo tecnológico hacia técnicas de producción alimenticia.
2) Creación de un orden social que restrinja la natalidad.
3) Reducción de la población mediante guerras u otros medios (esta la usamos mucho los seres humanos).
4) Uso del espacio en torno a su mundo.
5) Colonización de otros planetas.

¿Qué probabilidades hay de que una civilización tome las dos últimas alternativas para superar este problema, que son las que nos interesan? Eso lo dejo para la próxima, pero admito opiniones.

05 abril 2007

La Rosa de Tralee (Créditos y comentarios)

Respondiendo al comentario de Juan Miguel en la entrada anterior, aprovecho para poner los créditos y hablar un poco de lo que me inspira esta historia. Se aceptan comentarios.

Salvo la fotografía de la flor de la luna (la blanca), que es mía, el resto de imágenes son de Pointie.com. La canción se atribuye a C. o E. Mordaunt Spencer (1912), pero otros afirman que fue obra de William Pembroke Mulchinock. He narrado la historia de William según la cuentan estos últimos. La traducción-desastre de la canción, sin reconstruir rimas salvo en la tercera estrofa, es mía.

Con la voz de Tríona Ní Dhomhnaill, Nightnoise hizo una versión de esta pieza, y dado que son el mejor grupo de los últimos tiempos, es obligatorio escucharla. Inspirado en esta historia, se celebra anualmente el festival de la Rosa de Tralee, en la ciudad irlandesa de tal nombre.

Traduciendo y adaptando de la wikipedia: El festival de la Rosa de Tralee se celebra todos los años a finales de agosto en Tralee, condado de Kerry, y consiste en elegir una mujer joven para ser coronada como la Rosa. La ganadora es la chica que más se ajusta a las características descritas en la canción: adorable y preciosa. Ésta se elige basándose en su personalidad. A diferencia de los concursos de belleza habituales, no hay un desfile de trajes de baño en el concurso de La Rosa de Tralee.

Cada uno de los 32 condados irlandeses selecciona a una rosa para que participe en el certamen; asimismo, hay una "Rós Fódhla" que respresenta a las regiones donde se habla gaélico ("gaeltacht"). Las finales regionales se llevan a cabo en junio, y en ellas se eligen seis chicas para que participen en el festival internacional de La Rosa de Tralee, el celebrado en agosto. Las candidatas de Kerry, Dublín, Cork y Belfast se clasifican automáticamente. Se denomina festival internacional porque también participan aspirantes extranjeras.

Lo que esta canción me inspira lo puedo resumir en una frase: la vida es demasiado corta para pasarla enamorado de quien no te corresponde. Y también, que si una chica te dice que no, es que no. Mejor no insistir ni preocuparse, o corres el riesgo de acabar triste, solo y amargado, como William. Respondiendo a Juan Miguel, unos años atrás era capaz de insistir, de buscar que me hiciera caso alguna chica que me gustara; ya no. De todos modos, no tengo demasiado interés en las relaciones, exceptuando las de amistad. Si alguna vez me apeteciera algo más, dudo muchísimo que lo pidiese más de una vez, porque insistir es empezar un juego que tiene muy poquita gracia.

Si una chica quiere jugar conmigo, prefiero que lo haga al Go, que no hay manera de encontrar jugadores, a que empiece a hacerse la interesante o la inaccesible (esto es para rebajar la tensión, que me estaba poniendo muy dramático).

Eso sí, la historia de William y Mary es triste, pero bonita.