30 diciembre 2020

#OrigiReto2020 Pegatina final.

Esta va a ser mi última entrada para el OrigiReto 2020 y, también, mi última entrada del año. Las normas del OrigiReto se pueden consultar en las bitácoras de las organizadoras:

http://plumakatty.blogspot.com/2019/12/origireto-creativo-2020-reto-juego-de.html

o en

https://nosoyadictaaloslibros.blogspot.com/2019/12/reto-de-escritura-2020-origireto.html

Para apuntar los logros, hay una pegatina final optativa que he querido rellenar y llenar de colores. Resume mi participación en este reto, y la tenéis a continuación.



En el 2021 seguiremos divirtiéndonos con el reto Estrellas de Tinta, al que os animo a apuntaros y del que podéis saber más aquí:

https://plumakatty.blogspot.com/2020/12/estrellas-de-tinta-reto-de-escritura.html

 

Feliz 2021

10 diciembre 2020

#OrigiReto2020 El espíritu de Alicia

Este es mi relato de diciembre de 2020 para el OrigiReto 2020. Las normas de este reto se pueden consultar en las bitácoras de las organizadoras:

http://plumakatty.blogspot.com/2019/12/origireto-creativo-2020-reto-juego-de.html

o en

https://nosoyadictaaloslibros.blogspot.com/2019/12/reto-de-escritura-2020-origireto.html

Son 1909 palabras según https://www.contarcaracteres.com/palabras.html  (he quitado 4 asteriscos de separación de escenas).

Es de ciencia-ficción y tiene partes un tanto filosóficas. Quizá en un futuro rescate estas ideas en una historia más larga. Espero que os guste este último relato que publico por el OrigiReto2020.

 

EL ESPÍRITU DE ALICIA

Pasar una semana con Alicia en una casa a la orilla de un lago precioso no tenía que haber acabado así, pero el volcán que hacía tan fértil la región tuvo la ocurrencia de estallar el cuarto día de su estancia, mientras recorrían un sendero forestal cogidos de la mano.

Tardaron casi una hora en regresar a la cabaña. Luis condujo el todoterreno a una velocidad de vértigo, pero habían perdido demasiado tiempo. Era el mejor coche de su categoría, y lo demostró: aguantó bien la dureza del terreno y la conducción enloquecida. 

Sin embargo, la naturaleza fue más fuerte. Aquella erupción había provocado terremotos. Al doblar una curva de una parte de la carretera que discurría junto a un barranco, el todoterreno se estrelló contra un árbol caído. El airbag les salvó la vida. Luis salió del coche tan mareado que se cayó al suelo. Recuperó el resuello a gatas y los gritos de auxilio de Alicia, atrapada en el vehículo, lo hicieron reaccionar. Solo acertó a ponerse en pie.

El tronco, dañado por la caída y la colisión, se rompió del todo y el todoterreno cayó por el barranco. Luis oyó los gritos de terror de Alicia hasta que los estruendos del coche al destrozarse con las rocas los acallaron. La suerte había querido que Luis no tuviera tiempo de reaccionar; si lo hubiera tenido, no habría soltado el todoterreno y habría muerto junto con Alicia.

Antes de desplomarse, deseó haber caído con ella.

*

Luis había ahorrado durante dos años interminables y, al fin, entró en el vestíbulo de Ingenieros Genéticos, S. A. Lo que le había propuesto aquella empresa era lo único que le daba las ganas de vivir suficientes como para no rendirse.

Recordaba imágenes sueltas de su rescate, calificado como milagroso. El todoterreno envió una señal de auxilio a la policía; por algo era el mejor de su categoría. Un helicóptero lo sacó de allí antes de que fuera tarde. Estuvo convaleciente cerca de un mes, debido a problemas en los pulmones por las cenizas.
La técnica usada para curarlo consistió en repararle los pulmones por medio de bacterias modificadas genéticamente. La palabra que más usaron fue CRISPR, las siglas en inglés de Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciadas. Desde que hace muchos años, en 2020, concedieron un premio nobel a los pioneros del uso de CRISPR en ingeniería genética, había cientos y cientos de métodos que se basaban en ese principio, aunque fuera de manera parcial.

Por ahuyentar su soledad, se informó sobre esa técnica y conoció el Proyecto Renacimiento de Ingenieros Genéticos. Buscaban voluntarios para traer de vuelta a personas fallecidas. La idea era reconstruir sus cuerpos y sus mentes. En los emails que intercambiaron en los primeros momentos, le dijeron que necesitaban material genético de Alicia. Su mujer había guardado mechones de su propio pelo antes de aquel viaje fatídico, porque pensó que les daría suerte. Cuando el técnico del Proyecto Renacimiento le confirmó que había material genético suficiente para usar los métodos basados en CRISPR, Luis supo que Alicia tenía razón.

Solo esperó cinco minutos en un vestíbulo más lujoso de lo esperable para una compañía de investigaciones en ingeniería genética. Un robot lo hizo pasar al despacho del técnico que le habían asignado, llamado Werner, quien volvió su pantalla hacia él cuando se sentó.

—La implantación y desarrollo del embrión han sido un éxito. Esta es Alicia.

Luis se maravilló. Veía una imagen tridimensional de un feto muy desarrollado, que movía los pies y las manos de vez en cuando.

—Tiene 23 días —prosiguió Werner—, lo que equivale a unos ocho meses y medio de un embarazo normal. Enhorabuena.

Estrechó la mano del técnico con tanta alegría que casi se le saltan las lágrimas. Para reconstruir su mente, habían usado sus publicaciones en redes sociales, toda la información guardada en su ordenador y otros dispositivos, que Luis no fue capaz de tirar, entrevistas con familiares y amigos e, incluso, su diario manuscrito. No era una simple clonación: la idea era devolverla a la vida.

—Un ser humano es un conjunto de átomos dispuesto de una forma concreta —dijo Werner—. Si podemos colocar un conjunto nuevo de átomos y los disponemos de manera muy similar, existirá de nuevo. Los años que Alicia ha pasado muerta serán un mal recuerdo.

*

La nueva Alicia crecía diez veces más rápido de lo normal. Se la entregarían tras dos años de desarrollo físico y mental, con una edad aparente de 20 años, los que tenía cuando se conocieron en la universidad.
El paso de las estaciones, durante esos dos años, se le hizo eterno a Luis, a pesar de que siempre había adorado ver, desde la casa que tanto esfuerzo les llevó comprar, que el otoño amarilleara las hojas, que el invierno trajera frío y nieve para que en primavera el color verde regresara a los bosques que Alicia y él amaban.

El día elegido para que Alicia abandonara el laboratorio de Ingenieros Genéticos fue el de Sant Jordi. Llevó consigo un libro sobre senderismo, con unas fotografías preciosas, y una rosa. Así lo habían hecho siempre: se regalaban libros y rosas el uno al otro. 

El reencuentro con Alicia se produjo en un salón adornado con muy buen gusto: sofás de color claro, una lámpara de cristal en el techo, jarrones con flores en mesitas pegadas a las paredes y un gran espejo con marco dorado. Luis llegó primero y aguardó diez minutos sentado en un sofá, tan nervioso que el corazón le latía el doble de rápido de lo normal. 

Werner y Alicia entraron por la única puerta de la sala. Luis se puso en pie y se miraron un rato. No se podía creer que la mujer a la que seguía amando hubiera regresado. Era casi veinte años más joven que cuando murió, pero tenía los mismos ojos y la misma sonrisa que nunca había olvidado. Cuando se le acercó, sin saber qué decir, comprobó que Alicia tenía en la mano una rosa y un libro envuelto en papel de regalo.

—Feliz Sant Jordi —le dijo Alicia, tendiéndole ambos regalos.

Poco a poco, con la ayuda de Werner, la rigidez propia de lo inusual de la situación se fue relajando y Alicia y Luis terminaron charlando de forma un poco más fluida. A ella le gustaron las fotografías de paisajes de montaña del libro y a él las fotografías de playas y palmeras que mostraba la guía de viaje que le regaló su mujer resucitada.

Luis se despidió de Werner con un abrazo y regresó a casa con Alicia cogida de la mano.

*

Los seis primeros meses fueron maravillosos, pero Luis creyó que solo se lo parecieron, que su felicidad le impidió ver que a Alicia le pasaba algo. Se esforzaba en agradarle, en mostrarse feliz, pero un día que iba a la cocina, se quedó clavado en la puerta: su mujer estaba llorando. No quiso decirle qué le sucedía. A partir de ese momento, le costaba mucho más mostrarse animada, y Luis dedujo que llevaba fingiendo todo el tiempo.

Quiso arreglarlo con un viaje de dos semanas a un parque natural lleno de las actividades que adoraban: senderismo entre bosques preciosos, descenso fluvial en canoa y visita a unas ruinas romanas. Le partió el corazón darse cuenta de que Alicia no disfrutaba de aquello. Aunque era más resistente que antes, por su juventud, se enfadaba cuando las ramas se le enredaban en las piernas o le causaban pequeños arañazos. La Alicia de antes se habría reído de todo aquello. Al hablar con Werner, este le dijo que era necesario esperar, que podía deberse a problemas de adaptación.

Aquella noche no pudo conciliar el sueño. Alicia dormía de espaldas a él. Le acarició con delicadeza el cabello y se levantó procurando no despertarla. Mientras se preparaba una tila, notó que alguien bajaba por las escaleras del dormitorio. Era una mujer que llevaba un vestido blanco con falda y mangas muy largas. Se quedó paralizado cuando lo miró: tenía el rostro de Alicia, pero de la Alicia que había muerto en el todoterreno.

La mujer salió de la cabaña y Luis la siguió un trecho entre los árboles, cuyas copas dejaban ver trozos de cielo estrellado. De pronto, se detuvo y se volvió.

—¿Alicia? —preguntó Luis.

—Sí, su espíritu, la parte de mí que aún pervive en tu corazón.

—¿Por qué has salido de tu cuerpo?

—Esa chica que duerme en tu cama no soy yo. Werner está convencido de que clonando un cuerpo y educándolo para ser como yo podré volver. Es una idea razonable, pero no funciona. No sé si es que lo han hecho mal, o que no es posible hacerlo. Quizá, la única forma de reconstruir mi ser fuera copiar, uno a uno, los átomos que me formaban y sus estados en el momento justo en que morí. Aunque quizá eso, si fuera posible, tampoco funcionaría.  Porque si me copiaran tres veces, ¿mi consciencia se triplicaría?

A Luis se le partió el corazón.

—No quiero verte sufrir más. La Alicia que han creado para ti no soy yo, no le gusta lo mismo que yo y sufre porque no te quiere. ¿Sabes por qué acabé amando el senderismo? Por la pasión con que tú me hablabas. A mí me gustaba más la playa, como a la mujer que te han fabricado. Nunca has intentado convencerla y ella, que sabe que la han creado para hacerte feliz, no se opone a acompañarte.

—¿Y qué puedo hacer? No puedo vivir sin ti.

—Puedes, y debes, porque lo único que aún queda de mí son los recuerdos que tienes, este espíritu al que has dado forma para hablar con él. La chica con quien vives es otra persona. Sabes lo que tienes que hacer.

Alicia, la de verdad, se desvaneció como un jirón de niebla disuelto por el sol.

*

 Liberar a la Alicia del Proyecto Renacimiento fue una batalla legal que lo arruinó. Werner reconoció su fracaso y no se opuso a que la reconocieran como una ciudadana con los mismos derechos que los demás, pero la sociedad no quería aceptar en su seno a un ente construido en un laboratorio. Al cabo de cinco años, lo logró y se despidió para siempre de la mujer más parecida a Alicia que iba a conocer jamás. Fue un momento difícil y amargo.

Tuvo que poner a la venta la casa de sus sueños, aquella donde soñó envejecer con Alicia. Recibió una llamada de Werner. Le felicitó su triunfo legal y le repitió que si podía hacer algo más, siempre podría contar con él.

—Por cierto, Luis, como me siento responsable del fracaso del Proyecto Renacimiento, he comprado tu casa. Ingenieros Genéticos me debía unas gratificaciones y he pedido un préstamo para el resto.

—Me alegra que la compres tú. Dejo saldadas casi todas las deudas y podré alquilar algo en un pueblo no muy lejos de Barcelona. 

—De eso quería hablarte. Mi mujer me mataría si quisiera que nos mudáramos ahí, así que he pensado que podrías pagarme un alquiler, unos tres euros al mes. Eres quien mejor cuidaría de mi nueva propiedad. No puedes decirme que no: el préstamo ya no lo puedo cancelar. Te llamará mi abogado para pedirte los datos para la compraventa y el contrato. Saludos.

Todas las excusas de Werner eran absurdas, pero Luis no supo qué decir. Dejó el teléfono sobre la mesa y estuvo diez minutos intentando creérselo.

* * * * *


Son 1909 palabras según https://www.contarcaracteres.com/palabras.html  (he quitado 4 asteriscos de separación de escenas)

Objetivo principal:   5    Escribe un relato basado en un dato o avance científico. 

Cuentos y leyendas. Objetivo secundario 1: D    Sant Jordi. 

Criaturas del camino. Objetivo secundario 2: I   Espíritus. 

Objeto oculto 1:  9   Las estaciones 

Objeto oculto 2: 22   Un desastre natural 

Cumple con mi objetivo personal: Tanto Werner como Luis demuestran ser bastante generosos y aceptan la responsabilidad que tenían con Alicia 

Logros: Cumple el giratiempo por los pelos.