15 junio 2020

#campwithJ Ejercicio 1: Virtudes y defectos de los personajes

Esta entrada es respuesta al proyecto de Julia De la Fuente con el hashtag #campwithJ. Se trata de mi respuesta (larga y soporífera) al Ejercicio 1, pero a veces me pongo a escribir... Por cierto, no me considero escritor, pero me ha gustado mucho la idea y pienso que podría responder a la pregunta de Julia sobre si mis protagonistas están equilibrados en cuanto a defectos y virtudes.

En general, procuro que los personajes me salgan equilibrados en lo que respecta a sus virtudes y defectos, ya que suele ser lo más divertido. Lo que sucede es que eso solo luce, o lo cuido más, si la historia es larga. Si la historia es corta (2000 o 3000 palabras) a menudo no hay espacio o no es lo que me interesa contar.

Con respecto al físico, no me gusta ponerles defectos explícitos a los personajes salvo que eso sea importante en la trama. Si son atractivos porque me interese por algún motivo, marco esa cualidad en las descripciones de los demás. Busco el equilibrio en cosas como que las opiniones sobre la belleza de un personaje difieran. Para algunos, una chica puede ser muy atractiva y para otros una chica del montón o incluso fea. Esto segundo indicará que algún punto débil tiene su belleza, pero no lo cuento. En todo caso, siempre serán opiniones subjetivas. Entiendo que si todo el mundo piensa que un personaje es un "supergalán", entonces es que no está equilibrado (salvo que haya razones mágicas de por medio, que a veces pasa ;) ).

Con respecto a la personalidad, ahí sí que me gusta mucho jugar con que tengan sus rarezas, aunque son frecuentes dos tendencias: que los personajes tengan buen corazón y que sean perdedores o, a veces, víctimas (esto último es algo que intento evitar, que se me escapa siempre). No suelo tener protagonistas crueles.

Me pongo a hablar de lo último que estoy escribiendo, para hacer bien el ejercicio número 1. El protagonista 1 tiene como puntos positivos que es valiente, sabe controlar la tensión y el medio y se adapta con facilidad a situaciones inusuales. Como punto negativo, no controla su corazón y aunque las parejas no le duran más de seis meses, hay ciertas cosas en una mujer que hacen que se enamore cuando menos falta hace. Consigue reprimir sus impulsos, algo del estilo de que no se dedica a acosar a las mujeres cuando siente atracción, pero sí que puede perder la cabeza y arriesgarse de manera estúpida para poder ver de nuevo a una chica despampanante. Lo malo es que pensará: "me están tendiendo una trampa, pero es que tengo que volver a ver a ese monumento". Bastante estúpido.

El protagonista 2 es bastante atractivo (eso tiene su motivo, pero no puedo explicarlo), muy sociable y sabe muy bien como tratar a la gente. Muy simpático y de buen corazón. Inteligente y con muy buena capacidad para aprender idiomas (tiene el trabajo que tiene porque es poliglota). Puntos débiles: confiado en exceso. No concibe que un colaborador o un amigo puedan mentirle o traicionarle, así que si le caes bien, nunca pensará que puedas tener malas intenciones. Desconfiará de las intenciones del enemigo y será cuidadoso, pero le resulta inconcebible que ese oficinista tan simpático pueda ser un canalla. Si le caes bien y descubre que le estás mintiendo, se siente muy dolido y te lo hace saber, cuando lo más inteligente sería reaccionar de otra manera. En una novela de espías, el protagonista 2 sería ese trabajador inocente y confiado de la agencia de inteligencia de un gobierno que le abre la puerta de la sala donde están los archivos al tipo gracioso con el que se ha ido de copas porque "es de confianza". Y luego pasa lo que pasa. Ese perfil lo tienen secundarios: en esta historia se lo he puesto a un protagonista.

Finalmente, lo que pasa es que en realidad no hay malos, sino antagonistas. Los dos protagonistas están en medio de un conflicto entre dos bloques. No es nada personal, a los "malos" no les importan los protagonistas, es solo que se han puesto en medio por accidente. Una cosa que me pasa siempre es que casi nunca hay "malos" en mis historias. No hay "señores oscuros", ni "señores del mal". Solo una vez, en un monstruo de 180.000 palabras que me salió, había una auténtica "villana", lo que pasaba era que cuando se desvelaba su historia, no quedaba tan claro que fuera malvada. Así que supongo que mis "villanos" saldrían equilibrados, porque si no me resultan aburridos.

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