15 enero 2023

#EstrellasDeTinta2023 Pájaros de plata

Este es mi relato de enero para el reto de escritura Estrellas de tinta 2023, organizado por Katty Cool. Puedes leer las instrucciones del reto (y solictar apuntarte) en la bitácora de la organizadora:

https://plumakatty.blogspot.com/2022/12/reto-de-escritura-creativa.html

Los objetivos que cumple son:

OBJETIVO PRINCIPAL

7- Escribe un relato sobre el vinculo entre una criatura sobrenatural y alguien normal.

OBJETIVOS SECUNDARIOS

13- Narra una historia sobre el primer amor.

18- Mete la criptozoología en tu relato.


Son 1954 palabras según https://www.contarcaracteres.com/palabras.html (he quitado tres asteriscos para separar escenas).

Espero que os guste este relato.

 

PÁJAROS DE PLATA


Pablo seguía vivo por pura suerte. Gritaba pidiendo auxilio porque no podía hacer más. Se convenció de que agarrarse a aquella raíz solo había pospuesto su fin un par de días. Permanecía en la mitad de un barranco de unos sesenta metros de altura, con una pierna destrozada, sin posibilidad de trepar o seguir bajando. Sentía cada vez más frío.

Gritó largo tiempo, hasta que se resignó. Desde su posición se veía el atardecer pintar de rosa y naranja las nubes por encima de las montañas nevadas. Quizá el críptido que buscaba fuera un animal nocturno y bajara por el barranco para devorarlo. Sería irónico: un criptozoologo novato devorado por la especie que pretendía descubrir. No quería ni imaginarse lo que sería pasar una noche allí.

Entonces, oyó algo moverse. Pablo gritó con la esperanza de que pudieran ayudarle y se arrepintió. Una mujer de cabellos negros, piel bronceada y ojos dorados asomó la cabeza desde lo alto del acantilado. Lo aterrador fue que era enorme. Pablo se calló, intentó pegarse a la pared, pero la giganta ya lo había visto. La mujer desapareció y lo hizo temblar cuando plantó los pies en el barranco y descendió hacia él.

Cuando llegó a su lado, Pablo solo pudo mirarla un instante: cuando comprobó que su cabeza era el doble de grande que él, se encogió, esperando a que lo devorase. Notó que el monstruo se movió y pasaron unos instantes eternos.

—¿Qué haces aquí?

Pablo abrió los ojos por la sorpresa de oírla hablar su idioma con un acento muy leve. Tenía el rostro enorme enfrente y aunque a Pablo le seguía latiendo el corazón con furia, el monstruo no dio muestras de querer devorarlo.

—Estaba buscando un críptido, me caí y me destrocé la pierna. Por favor, no me hagas daño.

—No, claro que no. ¿Qué es un críptido?

—Un… una criatura que se cree que existe, pero que la ciencia no conoce aún.

—¿Yo soy un críptido para ti? —dijo la giganta y sonrió.

—N… no creo. No eres un animal y… y yo buscaba algo mucho más pequeño, unas aves que brillan de noche como hebras de plata.

—Qué bonito. ¿Y tú qué eres? Eres del tamaño de un niño humano, pero los niños no tienen barba ni bigote.

—Soy humano, solo que no he crecido lo habitual.

—Vale. Perdóname, pero necesito ambas manos para subir y no tengo otro sitio donde ponerte.

El monstruo le acercó una mano, lo que aterrorizó a Pablo.  Lo rodeó con los dedos con delicadeza y se lo metió en el escote, como hacían las mujeres de los pueblos con el dinero. Aquello le resultó perturbador, angustioso. Al menos, no le tocaba la piel, ya que vestía camisa debajo del corpiño. Sin embargo, cuando el monstruo comenzó a ascender, advirtió que apenas sentía frío, que aunque no se notaba apretado tampoco se movía y que el latir del corazón de la giganta le reconfortaba.
Fue una experiencia impresionante asomar la cabeza y ver el final del barranco y, poco después, contemplar como subía hasta que la giganta se detuvo, de pie, entre los árboles. La mujer era un poco más alta que la mayoría de ellos.

—Tendrás que pasar toda la noche conmigo. No puedo llevarte al pueblo ahora, pero te lo compensaré.

Para Pablo, aquella noche fue mágica. Apenas una hora después, había dejado de tenerle miedo. Mientras cruzaba el bosque a una velocidad enorme gracias a su tamaño, le habló de ella. Se llamaba Kyi y no era una mujer más grande de la cuenta, sino un espíritu de la naturaleza que cobraba forma humana porque le parecía práctica. Era tan poderosa que si no adoptaba un tamaño descomunal, no podría canalizar su magia.

Había caído la noche cuando Kyi llegó al primer punto que debía visitar. En lo alto de una colina crecían varios abedules, tres de ellos el doble de altos que la giganta, que medía unos diez metros. La mujer se detuvo muy cerca, debajo de sus ramas.

—Eres el primero al que se lo voy a enseñar. Estos árboles se están muriendo, y no deberían: aún tienen mucha vida que crear.

Kyi inspiró hondo, se puso la palma de una mano bajo la boca y sopló hacia los árboles. Repitió el gesto un par de veces y, unos minutos después, Pablo se maravilló. Las hojas destellaron como si se hubieran cubierto de hebras de plata que brillaban a la luz de la luna. Despacio, llovieron gotas de plata, como si nevara. Kyi alzó el rostro y extendió los brazos. La nieve le caía sobre brazos y hombros y a Pablo también se le posaron algunos copos en la frente. La giganta ahuecó la palma de una mano y, tras unos instantes, se la acercó y le pidió a Pablo que bebiera. Se trataba de agua gélida y cristalina.

Kyi dedicó la noche entera a recorrer los bosques e insuflar vida a los árboles. Lo único que apenó a Pablo fue pensar que, probablemente, el críptido que buscaba no era tal: lo que los habitantes del  pueblo habrían percibido serían las gotas brillantes que Kyi extraía de los árboles.

Para Pablo fue una noche mágica. Nunca había experimentado nada parecido. Intentó mantenerse despierto, pero la calidez del cuerpo de Kyi y la paz que le inspiraban los latidos de su corazón lo relajaron tanto que se durmió.

*


Tras lo que Pablo creyó un instante, lo despertó la voz de Kyi.

—No tengáis miedo. Solo quiero que llevéis a Pablo al pueblo. No debe caminar demasiado durante unos días.

Pablo se sintió deslumbrado por la luz de la mañana.  Kyi hablaba con dos hombres que Pablo había visto alguna vez en el pueblo. Miraban aterrorizados a la giganta, pero el asno al que uno de ellos llevaba de las riendas se mostraba tranquilo.  El hombre de más edad, Roldán si no se equivocaba Pablo, asintió. Kyi se llevó la mano al escote, sujetó a Pablo con delicadeza y lo dejó en el suelo, junto a los dos hombres. Él se volvió hacia la giganta, que estaba arrodillada, y esta le sonrió.

—Tenerte pegado a mí te habrá curado la pierna, pero no la fuerces. Descansa tres o cuatro días y vuelve a buscar esos pájaros tan bonitos.

Pablo asintió, sin saber qué decir. Kyi se puso en pie y lo miró una vez más.

—Me caes muy bien. Si acudes dentro de cinco días al sitio donde te encontré, al atardecer, te ayudaré en tu búsqueda.

Kyi se volvió y se alejó con la rapidez que le daba su gran tamaño. Pablo la miró hasta que desapareció al descender por una ladera. Suspiró varias veces, recordando todo lo que había visto y sentido junto a ella.

Era verdad que tenía la pierna curada. Podía caminar, aunque le dolía un poco. Roldán lo invitó a subirse al asno y lo ayudó porque el animal era grande para él. Notó cierta incomodidad en el hombre, pero Pablo había asumido tiempo atrás su escasa estatura y nunca se molestaba. Tranquilizó a Roldán, le dijo que no había problema, que podía cogerlo en brazos para subirlo. Él mismo condujo al animal de vuelta al pueblo. Pablo se pasó todo el rato pensando en Kyi.

—Una pregunta tonta —le dijo Roldán—. ¿Te has pasado toda la noche ahí, en su escote?

Pablo se ruborizó.

—Sí, pero es que bajó por un terraplén para rescatarme y no tenía otro sitio en el que ponerme.

—Eso es tener buena suerte —respondió Roldán y se interrumpió debido a las carcajadas—, pero… no sé cómo decírtelo. Es preciosa, pero es muy grande para ti.

—Para mí todas las mujeres son enormes —respondió Pablo con una sonrisa—. No te preocupes, no me he enamorado de ella.

Durante los días que permaneció en la posada recuperándose, aceptó que le había mentido a Roldán. Se impacientaba porque el tiempo transcurría demasiado despacio y él quería ver de nuevo a Kyi. Pablo nunca se había fijado en ninguna chica: su vida eran sus estudios, su objetivo era descubrir su primer críptido y ganarse el acceso a la facultad de criptozoología.

Cuando, cinco días después, se encaminaba al punto de encuentro con Kyi, iba convencido: la giganta era su primer amor. Pablo estaba sentado junto a un árbol y vio llegar a Kyi. El corazón se le aceleró al verla arrodillarse delante de él. Le ensenó una especie de bolso enorme hecho de esparto que llevaba sujeto con un cinturón del mismo material.

—Mira lo que te he hecho, Pablo. Así podré llevarte.

Le acercó las manos despacio mientras Pablo se ponía en pie. Kyi lo metió en el bolso. Cuando la giganta lo cerró, podía ir sentado y sacar la cabeza.

*


Pablo pasó dos meses maravillosos con Kyi. Se veían cada tres noches y recorrían los valles y montañas próximas al pueblo. Kyi dedicaba un par de horas cada vez a buscar las aves que brillaban en la noche. Pablo no quiso insinuarle que esos pájaros los producía ella al curar a los árboles.

Sin embargo, el primer amor suele ser tan fuerte que resulta casi imposible detenerlo. Pablo quería confesarle a Kyi que la amaba. Un día vio la oportunidad. Se habían visto un poco antes y pasaron cerca de una colina cuando aún había luz. Kyi se quedó un instante mirando a su derecha y subió para arrodillarse delante de unos arbustos en los que crecían unas flores violetas. La giganta le contó que esas flores eran comunes en los valles donde había vivido hacía seis meses.

—Según los lugareños —dijo Kyi—, estas flores solo se le podían regalar a alguien a quien amaras mucho.

—Entonces… ¿podrías dejarme en el suelo un momento?

—¡Claro que sí! Seguro que esa persona se sentirá muy especial cuando se las des.

Pablo suspiró. Aún no se sentía capaz de decirle para quien eran aquellas flores, así que las dejó en el bolso de Kyi con cuidado. Cuando amanecía y Kyi se arrodilló para dejarlo en el suelo y despedirse, reunió el valor suficiente. Extendió el ramo hacia ella, pero tuvo que bajar la vista.

—Las flores eran para ti.

Ante el silencio de Kyi, Pablo alzó los ojos. En el rostro de la giganta podían leerse la decepción y la tristeza.

—¿Por qué me haces esto? Pensé que eras mi amigo. ¿Crees que tengo algún interés, alguna posibilidad de enamorarme de un ser humano?

—Yo solo…

—Solo quería tener a alguien con quien hablar, y tú deseabas algo muy diferente. Es muy triste, pero es mejor que no volvamos a vernos.

Kyi se puso en pie, se quitó el cinturón donde solía llevarlo a él y lo dejó caer a un lado. Pablo bajó los brazos y sujetó el ramo con una sola mano.

—Perdóname, yo no quería… no quería ofenderte.

La giganta lo miró seria un instante, en silencio. Luego, se dio la vuelta y se alejó. Pablo tenía el corazón hecho trizas, pero el golpe había sido tan duro que no sentía nada. El dolor llegaría cuando se amortiguara la sorpresa. Había imaginado muchas reacciones de Kyi, pero no aquella. Cabizbajo, dejó el ramo de flores encima del cinturón y el bolso de esparto y regresó al pueblo.

*


Pablo no volvió a ver a Kyi. Encontró su críptido dos años después, cerca de un pueblo pesquero, en un río. Era un zorro blanco de dos colas que recorría las riberas de día y que, al llegar el atardecer, se zambullía en el agua para convertirse en un pez dorado.

Se enamoró más veces. Algunas mujeres fueron más amables que otras, pero a ninguna le pareció bien. Hasta que un día, Pablo dejó de amar.

11 comentarios:

Marianne dijo...

¡Hola! Soy nueva en este reto y lo de dar los comentarios aún se me hace difícil por una razón sencilla, todos ustedes son excelentes escritores. Frente a tu relato, debo decir que fue muy fácil de leer, tienes un estilo impecable que me atrapó en la lectura.

Me gusto mucho la forma en la que enlazaste los objetivos, siento que se complementaron perfectamente de principio a fin. Ya espero que sea febrero para ver tu nueva creación.

¡Gracias por tu historia!

Juan dijo...

Buenas tardes, Marianne

Gracias por el comentario. Como puedes ver, has sido la primera en comentarlo y la primera en comentar en mi blog en lo que va de año :)

Gracias por haber leído mi relato y me alegro mucho de que te haya gustado.

Un saludo.

Juan.

A.R dijo...

Hola Juan!

Me pareció un relato muy original con un toque de realismo mágico y un amor imposible con un final que te deja bastante triste (Podría decirse que está basado en hechos reales ;) ). El personaje principal, Pablo, es una persona de baja estatura y es no es corriente, lo que le aporta mucho carisma. En cuanto a Kyi es un ejercicio de inventiva maravilloso y atávico que podría estar presente en numerosos folclores y juntos forman una pareja entrañable a la par que peculiar.
El estilo es fluido y sencillo de leer, sin artificios y presenta un nivel bastante aceptable.
El título del relato es muy acertado porque te intriga y a la vez se deduce de manera sencilla durante la lectura. Una de las cosas que utilizas de forma muy inteligente es el concepto del críptido a modo de McGuffin para enganchar al lector y luego llevarlo por dónde tú deseas crítico.
Me hizo gracia la expresión: «Lo rodeó con los dedos con delicadeza y se lo metió en el escote, como hacían las mujeres de los pueblos con el dinero»
Encontré algunas erratas:
«La mujer era un poco más alta que la mayoría de ellos». (Más alta que la mayoría de quién, de los de su especie o de otra similar)
«gracias al su tamaño»
«¿podrías dejarme en un suelo un momento?»
Un saludo y ¡gracias por escribirlo!

Juan dijo...

Buenas tardes

Muchas gracias por haber leído el relato y me alegro de que te haya gustado. En efecto, la reacción de Kyi cuando el protagonista le regala flores es autobiográfica.

Me gusta mucho jugar con la altura de los personajes. Cierto que no es corriente poner a personas de baja estatura haciendo cosas como las que hace Pablo (recorrer bosques buscando criaturas desconocidas). En cuanto a Kyi, esta levemente inspirada en los nuberus, que son gigantes de la mitología asturiana. Es diferente, es otro tipo de ser sobrenatural, claro, pero la leve relación está ahí y la reconozco. En cuanto a la pareja que hacen, me encanta: uno muy pequeñito y la otra muy grande.

Lo de meterse el dinero en el escote era típico de las mujeres de los pueblos, hace ya muchos años. Yo lo utlicé para un personaje de una novela de fantasía que tengo abandonada. En este caso, tenía cierta gracia por la diferencia de tamaño que hay entre los personajes.

En cuanto a las erratas las he corregido todas salvo esta: "hasta que la giganta se detuvo, de pie, entre los árboles. La mujer era un poco más alta que la mayoría de ellos." Aquí, "ellos" se refiere a los árboles. Como árboles estaba al final de la frase, no quise repetir "que la mayoría de los árboles" y puse "mayoría de ellos", pero se refiere a los árboles.

Muchas gracias por leer y comentar.

Un saludo.

Juan.

Carly L. Sáez dijo...

¡Hola, hola!

Mira, Juan 1, qué hijo de puta. Es decir, me caes muy bien y tus relatos (así no sean lo que acostumbro leer) siempre me terminan gustando, pero ¿ese final? ¿Era realmente necesario darme esa puñalada de "Pablo dejó de amar"? Como escritore sé que sí, pero como lectora ¡te digo que no! Narrabas tan bonito el encuentro entre Kyi y Pablo que me creé ilusiones, ¡me creé fuertes ilusiones!

Dicho eso, puedo ser un poco más objetiva y seria.

Me gustó mucho, pero muchísimo, el hecho de que en un relato fantástico hayas metido el común y corriente "hombre se enamora de mujer que solo quería ser su amiga". Y eso me ha hecho pensar en lo subjetivo que es el narrador cuando se enfoca en una sola persona: desde el punto de vista de Pablo no había por qué creer seriamente que Kyi iba a decirle que no. Pudo considerarlo, sí, porque tiene complejos por ser un hombre pequeño, pero nunca consideró que Kyi pudiese decirle que no precisamente porque solo lo veía como un amigo. Si hubiesemos leído el relato desde el punto de visto de Kyi hubiésemos empatizado totalmente con ella, pues habríamos entendido lo feo que es ofrecerle tu confianza a alguien para que la tuerza.

En cuanto a tu narración: nada que decir. Creo que alguna vez te comenté que no soy fan de la sci-fi, pero que un relato que hiciste en ese género me encantó por la forma en la que lo narraste.

¡Besitos!
Nos seguimos leyendo.

KATTY COOL dijo...

Bueno, bueno, genial relato, cumple los objetivos y bastante entretenido. Aunque ya sabes que por tematica me parece muy bueno, ya sabes que el drama no a lo mío y sinceramente, la parte de la giganta metiéndose al enano en es escote me pareció bastante fuera de lugar y poco acertada. Me pareció curiosa la aparicion del vecino haciendo bromas y bueno en general bien, me ha gustado leerlo, y el rollo de los pajaros de plata ha sido guay. La frase final tb me gustó, creo que gustó en general. Me gusto leerlo por discord, un abrazote y nos leemos .
.KATTY.

Érica dijo...

¡Hola, Juan!
Nos reencontramos en el reto.
Muy triste el relato pero muy bien llevado, queda original. Quizás me ha faltado algo más de interacción entre la pareja o de los detalles que han hecho enamorarse a Pablo para que quedara más redondo todo.
Me gusta la parte en que se da cuenta que lo que buscaba era producido por ella pero no se lo puede decir por miedo a no verla más.
Te comento algo que te hará gracia: estaba leyendo gitana en lugar de giganta durante buena parte del relato jaja
¡No entendía porque llamabas monstruo a la gitana! XD Hasta que he podido leer bien "giganta"

Nos leemos pronto :)

JavWrt dijo...

Buenas Juan, me parece que tu relato tiene una atmósfera muy divertida, me gustan la fantasía y los personajes y el aire juguetón que tiene el relato. Me encanta la interacción entre Kyi y Pablo, la inocencia de la giganta como ser mágico y puro concuerda muy bien con su personaje. Y como ya comentaron por Discord, también me gusta bastante el final, que Pablo consiga su objetivo inicial, pero con un punto de amargor hace que la historia cierre con un broche un poco más complejo. La vida a veces es así, y a pesar de eso, sigue estando bien !

Por poner alguna pega, a pesar de que la atmósfera me gustase, en el comienzo me costó introducirme, la frase: "Desde su posición se veía el atardecer pintar de rosa y naranja las nubes por encima de las montañas nevadas", me suena un poco rara y eso me hizo desconcentrarme. Por lo demás disfruté mucho con tu historia.

Gracias y a por el siguiente :)!

Anusa dijo...

Hola,

Un relato estupendo, fácil, entretenido y ágil su lectura. Un historia que enlaza perfectamente los objetivos, además con un final bastante realista, ya que no siempre los primeros amores acaban con un final feliz.

Enhorabuena

Kalen dijo...

Hola Juan. Como siempre, tus relatos nunca decepcionan. Muy interesante el contraste de alturas y como a pesar de eso brota el amor, aunque sea en una única dirección, me parece una hermosa historia de amistad, fantasía y amor no correspondido. En mi mente, interpreto el tamaño de cada personaje como si se tratase de autoconfianza. Es algo que he vivido en mis carnes más de una vez, eso de que te des cuenta de que te guste una amiga, lo confieses y no solo recibas el no sino que se disipe la amistad. Personalmente, me solía doler más lo segundo. El final es redondo e impactante. En definitiva, un serio candidato a mi gamba este mes. Felicidades y gracias.

Juan dijo...

Buenas tardes

Respondo aquí a todos los coemntarios pendientes.

Katty. Gracias por comentarlo y haberlo leído. La forma en como lo leíste en Discord me encantó. Sonó muy buen con tu voz y le diste muy buena entonación a los diálogos. Con respecto a todo lo demás, el drama era necesario: ¿qué primer amor sale bien? En cuanto a lo del escote, ¿si no tuvieras otro sitio adecuado, no te pondrías en el escote a un animalito para llevarlo protegido? Yo una vez intenté ponerme ahí el móvil, para no dejarlo sobre la mesa. No es broma. Nos leemos.

Erica. Gracias por haberlo leído y, lo mismo digo, me alegro de que nos reencontremos. Me alegro de que te haya gustado. En efecto, por razones de espacio, tuve que aligerar la parte en la que el protagonista se va enamorando de Kyi, de como empieza dudando de que no se trata de una locura, de qué cosas de ella lo apasionan, etc... Lo de "gitana" me ha hecho mucha gracia :D. Nos leemos.

Javier. Gracias por comentar y leer. Me alegro de que te gustara. Lo de la inocencia de Kyi está muy bien captado. Para ella, Pablo era como un animalito desvalido. Por eso, además de que no tiene otro sitio donde llevarlo, se lo pone en el escote. A un igual no le habría dejado, nada más conocerle, tocarle un sitio así de íntimo. Pero para Kyi, Pablo era como un ratoncito o un pajarillo. Uno con el que puedes hablar, pero un animalillo a fin de cuentas. La parte del rechazo... bueno, es la parte realista de la historia. Por último esa frase es la descripción breve de un candilazo. Hace contraste entre la situación de Pablo, que está colgado de un precipio y al que la noche probablemente mate, y la belleza del atardecer. Sirve, un poco, para detener el ritmo. Nos leemos.

Anusa. Gracias por comentar y leer mi relato y me alegro de que te gustara. Es que los primeros amores suelen salir mal. En este caso, para cumplir con ese objetivo, la cosa tenía que acabar así.

Kalen. Muchas gracias por leer y comentar y por la gamba. El contraste de alturas entre personajes me encanta. Hay muchas situaciones a la hora de que dos personajes interaccionen, que se vuelven extrañas o complicadas si hay tanta diferencia de tamaño. Lo de relacionar tamaño con autoconfianza es una buena forma de verlo. También se puede asociar el tamaño con el poder y la fuerza. Pero, en efecto, Pablo sabe que es demasiado poca cosa para Kyi y Kyi no se puede ni imaginar que un ser tan pequeño como él pudiera albergar amor hacia ella. Lo de perder a una amiga por confesar tus sentimientos es algo que yo también he vivido. Quise plasmarlo en ese relato. También me encantan las historias de amistad y los amores no correspondidos, pero iré variando, que si no, se pierde la sorpresa :). Y gracias por tu continuación. Me pareció preciosa.

Un saludo.

Juan.