Respondiendo al comentario de Juan Miguel en la entrada anterior, aprovecho para poner los créditos y hablar un poco de lo que me inspira esta historia. Se aceptan comentarios.
Salvo la fotografía de la flor de la luna (la blanca), que es mía, el resto de imágenes son de Pointie.com. La canción se atribuye a C. o E. Mordaunt Spencer (1912), pero otros afirman que fue obra de William Pembroke Mulchinock. He narrado la historia de William según la cuentan estos últimos. La traducción-desastre de la canción, sin reconstruir rimas salvo en la tercera estrofa, es mía.
Con la voz de Tríona Ní Dhomhnaill, Nightnoise hizo una versión de esta pieza, y dado que son el mejor grupo de los últimos tiempos, es obligatorio escucharla. Inspirado en esta historia, se celebra anualmente el festival de la Rosa de Tralee, en la ciudad irlandesa de tal nombre.
Traduciendo y adaptando de la wikipedia: El festival de la Rosa de Tralee se celebra todos los años a finales de agosto en Tralee, condado de Kerry, y consiste en elegir una mujer joven para ser coronada como la Rosa. La ganadora es la chica que más se ajusta a las características descritas en la canción: adorable y preciosa. Ésta se elige basándose en su personalidad. A diferencia de los concursos de belleza habituales, no hay un desfile de trajes de baño en el concurso de La Rosa de Tralee.
Cada uno de los 32 condados irlandeses selecciona a una rosa para que participe en el certamen; asimismo, hay una "Rós Fódhla" que respresenta a las regiones donde se habla gaélico ("gaeltacht"). Las finales regionales se llevan a cabo en junio, y en ellas se eligen seis chicas para que participen en el festival internacional de La Rosa de Tralee, el celebrado en agosto. Las candidatas de Kerry, Dublín, Cork y Belfast se clasifican automáticamente. Se denomina festival internacional porque también participan aspirantes extranjeras.
Lo que esta canción me inspira lo puedo resumir en una frase: la vida es demasiado corta para pasarla enamorado de quien no te corresponde. Y también, que si una chica te dice que no, es que no. Mejor no insistir ni preocuparse, o corres el riesgo de acabar triste, solo y amargado, como William. Respondiendo a Juan Miguel, unos años atrás era capaz de insistir, de buscar que me hiciera caso alguna chica que me gustara; ya no. De todos modos, no tengo demasiado interés en las relaciones, exceptuando las de amistad. Si alguna vez me apeteciera algo más, dudo muchísimo que lo pidiese más de una vez, porque insistir es empezar un juego que tiene muy poquita gracia.
Si una chica quiere jugar conmigo, prefiero que lo haga al Go, que no hay manera de encontrar jugadores, a que empiece a hacerse la interesante o la inaccesible (esto es para rebajar la tensión, que me estaba poniendo muy dramático).
Eso sí, la historia de William y Mary es triste, pero bonita.