16 abril 2008

De cuando Yoshikatsu Kasai se fue a por música a Chicago...

En mi última entrada hablaba de un "opening" de Record of Lodoss War, una serie de animación japonesa. Hoy hablaré de algo muy parecido, pero que me ha sorprendido muchísimo más.

Todo empezó cuando, oyendo en Last FM artistas similares a Davy Spillane, se cruzó una canción interpretada por Shadowfax titulada "Angel's flight" (Shadowfax significa Sombragris. Si habéis leído El Señor de los Anillos, sabréis que se trata del caballo que montaba Gandalf). El caso es que la había oído hacía tiempo, en la radio, en Música Privada o en Diálogos 3, y me llamó la atención tanto el grupo como la melodía. Como hago de vez en cuando, busqué tanto Shadowfax como Angel's flight en Youtube... y me encuentro con esto (el sonido es muy malo):




Resulta que "Angel's flight" es la canción con que empieza la película japonesa de animación de 1982 Arajin to maho no ranpu , traducida por Aladino y la lámpara maravillosa (de hecho, Arajin es Aladin, pero como en japonés no existe el sonido "l", en esta lengua las eles pasan a erres...). Esto me resultó muy sorprendente, ya que Shadowfax, procedente de Chicago, fue uno de los grupos que formaron parte de Windham Hill, uno de los sellos independientes, fundado por William Ackerman, que mayor influencia ha tenido en la música instrumental contemporánea. Por Windham Hill Records han pasado algunos de los mejores músicos contemporáneos de la música instrumental o "new age" (este término no me gusta, porque a Nightnoise o al propio Ackerman no los podría calificar de "new age"): Nightnoise, Vangelis, Michael Manring, Liz Story, Michael Hedges, Alex de Grassi, Yanni, Craig Chaquico...

Pero lo mejor es que, aunque Windham Hill llegó a tener cierto éxito, esta música es, francamente, minoritaria (que levante la mano el que conozca a alguno de estos artistas...), y que un director de animación japonés (Yoshikatsu Kasai, de ahí el título de mi entrada), buscando la música para una película ambientada en el mundo árabe, en vez de irse a música tradicional de esa región, hace que le compongan una pieza como Angel's flight (por cierto, para oírla enterita en MP3 está este vínculo) y que la toque un grupo de Chicago que es poco conocido, incluso, en EEUU... Desde luego, o bien conocía por casualidad la música de Windham Hill o tuvo que buscar y buscar hasta lograr la ambientación musical que quería...

Y es que, como dije en la entrada anterior, la animación japonesa se distingue, entre otras cosas, de la animación "occidental" en que cuidan mucho más la música.

Porque estas sorpresas con la animación japonesa y la música occidental minoritaria te las llevas en más de una ocasión. Otro día hablaré de cuando los japoneses se vinieron a Galicia para otro "opening". Pero esto requiere un poco de investigación por mi parte y es otra historia...

04 abril 2008

Kiseki no Umi (El mar de los milagros)

Algo que siempre me ha sorprendido de la animación japonesa, al compararla con la "occidental" o con los dibujos animados que se ven en la televisión, es lo que cuidan todos los aspectos de la obra. Sobre todo, la música. Las musiquillas de los dibujos animados, normalmente, son cómicas, o bien, dan la sensación (acertada) de estar pensadas para niños.

Sin embargo, las series de animación japonesas suelen tener bandas sonoras hechas por bandas de cierta fama en Japón, y hacen algunos trabajos soprendentes. Oíd por ejemplo, esta:




Se trata de la canción de apertura (opening) de la serie "Record of Lodoss Wars". Está calificada como una de las mejores aperturas de una serie de animación japonesa, y pienso, que no les falta razón. Se usa la percusión para inspirar ritmos "tribales", pero, a la vez, aparecen violines como símbolo de refinamiento y, en general, un tono épico muy a tono con lo que cuenta la serie. Un valiente, ha traducido la letra del japonés: animetrance.wordpress.com .

03 abril 2008

Leído La Emperatriz de los Etéreos de Laura Gallego García (V)

Este quinto libro leído desde febrero de este año me sorprende y me gusta bastante. No quiero desvelar detalles de la trama, pero sí decir que es una obra completamente diferente a todo aquello que he leído de Laura Gallego. Se trata de una novela de una temática bastante trillada, pero que está enfocada de una forma tan diferente que no te das cuenta hasta el final. No es hasta el último capítulo en que comprendes todo lo que está pasando y descubres que lo que estabas leyendo no era lo que creías.

Lo más bonito de la novela son las imágenes que muestra de un mundo helado (eso no desvela nada... basta con ver la portada del libro :-) ).

Hay que reconocer que la autora escribe muy bien, y puede que la quieran encasillar en la literatura juvenil, pero sus obras están al mismo nivel que las de los (pocos) buenos autores fantásticos españoles y de los extranjeros.

Recomendado.