01 febrero 2014

Reto: ¡Yo escribo! Pregunta 3. ¿Cómo es vuestro ambiente de trabajo?

Esta tercera pregunta será breve. Tengo, básicamente, dos lugares donde escribo o hago actividades relacionadas. El primer lugar es donde escribo en el ordenador o paso las correcciones a limpio. Es también, mi lugar de trabajo. Una foto:

El ordenador donde escribo mis historias o lsa paso a limpio. Aquí también programo en PhP y llevo la contabilidad
Rituales no tengo ninguno. Me siento delante del ordandor, lo enciendo y poco más. Accedo a mi carpeta llamada Relatos-Ult, busco el archivo que quiero abrir o creo uno nuevo y a teclear. Suelo usar Word 2007 o el bloc de notas. De vez en cuando oigo música con los auriculares que se ven casi en el centro, pero suele ser más cuando trabajo que cuando escribo, ya que la música la pongo para relajarme y escribir me resulta relajante (no tanto programar).

Hace muchos años, tenía la manía de escribir primero a bolígrafo (con bolígrafos BIC azules) y luego pasarlo a ordenador, pero la abandoné. Lo último que terminé a bolígrafo fue la versión 1 de "La Innominada", más que nada porque ya llevaba el 70% escrito a mano y preferí terminarla de la misma forma.

Cuando reviso mis escritos, lo hago en esta mesa tan bonita:

Mi mesa de las revisiones. También la uso para comer.
En esta mesa hago también dos cosas: trabajar con el portátil (donde últimamente desarrollo mucho en Visual Basic .NET) y revisar. Mi proceso de revisión sí tiene algunos pequeños rituales o manías. Cuando he terminado un relato o novela, la imprimo en hojas que ya estén escritas por una parte (por eso de la ecología) y la reviso a bolígrafo. En el propio texto, voy tachando y anotando al margen. Es la forma en que más cómodo me resulta eliminar los múltiples errores que encuentro. En general, no son errores tipográficos, aunque los hay, sino, básicamente, los siguientes:

  • Repeticiones de palabras evitables. En particular, he notado que repito mucho "que" y vuelvo a redactar los párrafos cuando me encuentro más que cinco "que". También otras repeticiones que me pasan inadvertidas.
  • Adverbios en -mente. Sobre todo en textos antiguos (algunos de "La Innominada" tienen más de diez años), abuso de estos adverbios en -mente. En textos nuevos no me pasa apenas.
  • Frases innecesarias. Hasta tal punto que en unas 40.000 palabras que llevo revisadas de "La Innominada" (cuya versión 3 tenía poco más de 180.000) he eliminado unas 1.100 palabras superfluas, y eso que he añadido unas trescientas para hablar de una cosa que había olvidado. Es increíble la de cosas superfluas que se le cuelan a uno cuando está concentrado en avanzar la trama.
  • Relaciones absurdas entre frases. Por ejemplo, una frase que se supone es conclusión de la anterior, pero que, en realidad, no es conclusión de nada. Lo resuelvo de dos formas: pongo un punto y seguido, y las frases se vuelven independientes, o bien, elimino la segunda.
En mi forma de revisar, la estructura básica es el párrafo, y me concentro en perfeccionar cada párrafo por separado. No obstante, hay veces que he dividido un párrafo o fundido dos.

Y nada más. Hasta la cuarta pregunta que me está apasionando responder.