28 noviembre 2008

Sobre príncipes y princesas

A causa de algo que estoy escribiendo, me ha dado por preguntarme cosas acerca de los títulos nobiliarios y de las monarquías, y he leído algunas cosas interesantes, en particular, sobre los príncipes.

En España, los hijos de los Reyes, teniendo en cuenta el orden de sucesión, pueden tener dos títulos: príncipe o infante. Una hija de un rey español, por nacimiento, no puede tener el título de princesa, porque no puede heredar directamente el trono. En efecto, en España son príncipe y princesa los herederos al trono. El resto son infantes o infantas. Si el heredero al trono se casa, su esposa pasa a ser princesa. Si los reyes sólo tienen hijas, no pueden convertirse en princesas hasta que se casan, en cuyo caso, su marido se convierte automáticamente en príncipe.

Esta situación resulta bien curiosa y puede dar lugar a "falsos amigos" en traducción (un "falso amigo" en traducción es una palabra que suena de forma similar en dos idiomas, pero tiene significados muy distintos. Uno muy hilarantes es "luxurious" que suena a lujurioso, pero significa "lujoso"). Explico por qué.

En otras muchas monarquías europeas, la situación es parecida. En las monarquías de tradición germánica y nórdica (alemana, holandesa, noruega, sueca, danesa...) y de otros orígenes (monarquías bálticas, griega...) hay dos términos, uno para los herederos y otro para el resto de hijos de los reyes. Por ejemplo, en alemán está Fürst (príncipe) y Fürstin (princesa), mientras que palabras más similares a los nuestros se reservan a los no herederos: Prinz y Prinzessin. Si yo estuviera traduciendo un libro alemán, cometería un error si tradujera Prinz por príncipe, ya que, en realidad, nosotros lo llamaríamos infante. Y al revés. Un alemán debería traducir "infanta Elena" por "Prinzessin Elena".

Pero para aumentar el follón del desdichado traductor, hay otras monarquías, básicamente, las de corte mediterraneo o latino - con la notable excepción de la española, ya volveré a eso - (francesa, portuguesa, italiana, rumana...) y tanto la británica como la irlandesa, y alguna más, en que el término príncipe se aplica a todos los hijos del rey, hereden o no. Mientras que en España sólo hay un príncipe, en Inglaterra tienen, creo, que tres: el Príncipe de Gales y los príncipes William y Harry.

Cualquier traducción es opinable, así que creo que hablando de la monarquía inglesa habría, o bien, que españolizar los títulos, llamando príncipe sólo al de Gales, e infantes a William y Harry, o bien llamarlos a todos príncipes, pero explicando esta diferencia entre el término príncipe castellano y el británico. Creo, de todos modos, que no es mucho problema traducir prince por infante, ya que en España, ser infante está por encima de ser Grande de España, con lo que no existiría degradación, pero la traducción de los títulos es un asunto complicado. Lo digo porque leo más de una vez la traducción "príncipes británicos" para lo que aquí llamaríamos infantes. Para un traductor cuya lengua de destino sea el inglés, el asunto es mucho peor, porque no existiría el concepto de infante, ni tendrían una palabra para el mismo.

Y ahora viene lo más bonito. Originalmente, el término castellano infante se usaba en el mismo sentido que príncipe. Eran infantes en los reinos peninsulares todos los hijos del rey, heredasen o no. El título "Príncipe de Asturias" se creó en Castilla en el siglo XIV, para otorgárselos al infante Enrique (futuro Enrique III) tras desposarse con Catalina de Lancaster. Algo parecido sucedió en Navarra. Debido a que la futura esposa del infante Enrique era princesa, y en Castilla no existía el término, se adoptó el equivalente en inglés para sustituir a la traducción castellana. Un lío.

Ahora bien... Se me plantea la siguiente duda: cuando leo un cuento infantil, o una obra de fantasía épica, y aparece una princesa, ¿qué opción habrá tomado el traductor? Esto es, ¿la Bella Durmiente, por ejemplo, era la hija mayor del rey o una infanta?

Para más información, os vais a es.wikipedia.org y buscais príncipe e infante...

20 noviembre 2008

Leído: El Mago de la Serpiente (XIV)

El decimocuarto libro de este año ha sido el cuarto volumen del Ciclo de la Puerta de la Muerte. Nuevamente, me ha gustado un poco más que el tercero, y parece que la misma mano está detrás del segundo y del cuarto. Los impares son más sombríos que los pares, que son algo más dinámicos aunque, en contrapartida, más crueles. De cualquier forma, son necesarios todos para ir conociendo la auténtica historia que nos intentan narrar, de la que se van conociendo pinceladas lentamente, un poco más en cada uno de los libros. En realidad, este ciclo, podríamos decir, que es una historia larguísima dividida en una serie de libros, y no una saga que va concluyendo en cada libro.

La historia va de una investigación sobre unos hechos que han sucedido y de los que se desconoce casi todo. Cada uno de los libros va narrando los resultados de la misma con amplitud, pero es una trama unificada, con personajes que son comunes a todos y en torno a los cuales va girando la historia.

Me quedan cuatro meses para subir la media de libros por año...

18 noviembre 2008

Los préstamos inmediatos PIDE para autónomos

A mi hermano y a mí, ambos autónomos no ejercientes (esto es, somos autónomos pero no empresarios individuales, sino trabajadores de nuestra empresa), nos han llegado sendas cartas hablándonos de este tipo de préstamos, y me he tenido que reír un poquito.

Los préstamos inmediatos PIDE son préstamos preconcedidos por las entidades, que, teóricamente, se conceden de manera inmediata y se cobran en cuestión de días o menos. Se trata, en un principio, de préstamos al consumo, y el tipo de interés, la cantidad preconcedida y el tiempo de devolución dependen del riesgo que el banco haya asignado al sufrido autónomo. Y de ahí han venido las risas.

A mí me preconceden 20.000 euros, a un tipo de interés del 12%, y a mi sufrido hermano, 5.000 al 14,75%. Una pequeña diferencia sin importancia, ¿verdad? Sobre todo, teniendo en cuenta que nuestros salarios nominales son idénticos. Las dos diferencias son las edades, le llevo ocho años a mi hermano, y que yo tengo ahorrado más que él.

Por supuesto, no tengo ningún interés, ni, afortunadamente, ninguna necesidad de pedir este tipo de créditos, pero me paro a pensar en cuanto se convertirían 20.000 euros, al 12% en cinco años... Y luego, cuando vas a poner tus ahorros a plazo fijo les es imposible darte más de un 4,2%... ¡Qué negocio más redondo el de los banqueros!

Otro día hablaré de la crisis y de eso de dar dinero a los bancos para que se financien, que es un asunto más delicado de lo que parece.

07 noviembre 2008

Leído: El Mar de Fuego (XIII)

Pues ya ha caído el tercero del Ciclo de la Puerta de la Muerte. Este, nuevamente, se deja leer bien. Son libros con personajes bien pintados, donde, poco a poco se van descubriendo misterios que se iban apuntando en los libros anteriores. Unos personajes te gustan más y otros menos, pero, generalmente, están bien conseguidos, sobre todo, los principales. Resulta fácil de leer y es ameno.

Todo el ciclo está dedicado a un tema principal que se va repitiendo, en diferentes versiones, a lo largo de los libros: el racismo; concretamente, lo absurdo del mismo. Pero no quiero desvelar nada.

Ya llevo el cuarto sobre la mitad, y, lentamente, se van aclarando incógnitas y apareciendo otras nuevas.