El partido de liga Valencia-Málaga... ¿Qué valores puede representar el fútbol?
Apenas sigo el fútbol, salvo si juega la Selección Española alguna competición importante. Así que esta va a ser una entrada de lo más curioso. No creo que me veáis más veces comentar un partido de liga. Pero este, es que se lo ha ganado.
Cuando la Selección Española de Fútbol ganó el mundial de Sudáfrica, ese inolvidable 11 de julio, leí en otra bitácora que se podía sacar una lección de aquello. La lección era que, por muchas patadas que te den, por muchas zancadillas que sufras, si haces las cosas bien, si crees en lo que haces y no te rebajas al nivel de los que te atacan, acabas ganando (lo leí aquí).
Pues bien, después de haber visto de casualidad el partido Valencia-Málaga del pasado 22 de enero, me pregunto qué valores se pueden extraer de aquel partido. Fue algo vergonzoso ver cómo el árbitro machacó sin motivo al Málaga. No voy a acusar a nadie de nada, pero, de verdad, pareció que el árbitro quería que el Málaga perdiera y no paró hasta conseguirlo. No es de recibo expulsar con roja directa a dos jugadores, al entrenador, sacar creo que cinco tarjetas amarillas, y luego, sancionar, en el pasillo a dos jugadores más. Encima, se ha descubierto que una roja se impuso sin motivo, como han revelado fotografías y vídeos, y se ha anulado. Y para la primera, bastaba una amarilla, no una roja directa.
Desgraciadamente, en el campo se vio un equipo que luchó hasta el fin, el Málaga, y un Valencia que no hizo nada por merecerse la victoria. El Málaga aguantó con 10 casi todo el partido, y empató 3 a 3 ¡tras sufrir dos expulsiones! Fue un espectáculo bochornoso. Y lo peor es que ese mal arbitraje ha terminado con el Málaga. Dudo mucho que se recupere con sus mejores jugadores sancionados varios partidos. Nunca me he creído demasiado eso de los malos arbitrajes que hunden a equipos (si exceptuamos el "robo" en el partido Corea-España, en el mundial que se celebró por allí), pero en esta ocasión, ha quedado tan clarísimo que no puedo sino asombrarme de que no se tomen medidas en el fútbol tales como tomar decisiones basándose en los miles de cámaras que lo graban todo en directo. Los árbitros son falibles, como seres humanos que son; no sé por qué no recibir ayuda de la tecnología.
¿Qué enseñanzas se obtienen de esto? Unas muy incómodas. La enseñanza es que el poder, personificado por el árbitro y las altas autoridades que han ratificado su actuación, deciden quién gana o pierde, y tu esfuerzo, y haber realizado un trabajo magnífico no sirven de nada. Que los poderosos deciden quién está arriba y quien está abajo, y si el pueblo se queja: sanciones y más sanciones.
Parece un reflejo de nuestra sociedad. Inquietante.
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