Decían que en agosto el garbanzo debería haberse muerto y tendría que arrancarlo para hacer la cosecha. Pero en la fecha en la que escribo esto, la planta no sólo no está muerta sino que, además, está echando flores. Para demostrarlo unas fotos tomadas el 31 de agosto del presente.
Primero, una visión general:
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El garbanzo renacido. Todas las ramas verdes han brotado desde las primeras, que están secas. |
En esta otra, un primer plano de una de las nuevas vainas, aún verde, y algo más abajo, unas cuantas vainas amarillas antiguas. La plantita esa que parece un pino y está a la izquierda es una mala hierba que, de momento, dejo crecer para que entretenga un poco al garbanzo, que se siente un poco solo desde la muerte de su hermano.
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Una de las últimas vainas verdes y la mala hierba que se ha hecho amiga del garbanzo. Algún día la arrancaré. |
En la tercera foto, una vista lateral de la misma parte del garbanzo. Obsérvense las vainas amarillas llenas de garbanzos:
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¡Qué potaje voy a hacer con todos esos garbanzos! |
Y, finalmente, un primer plano de una nueva flor que ha echado la planta. Esto es la segunda tanda de flores:
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Y cuando no me lo esperaba, va y florece otra vez. |
Seguiré informando. Para acabar, otra foto:
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Esto no es un garbanzo, es una gatita. |
Esta es la foto de lo que creemos que es una gatita que apareció, así, de repente. Tiene la costumbre de esconderse en el motor del coche... Pero es bonita, ¿verdad?
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