#ElDespertarJCM Inicio del juego
Me traigo ese juego que estoy haciendo con encuestas en Twitter, en mi cuenta, al blog.
A base de encuestas, he ido acumulando información acerca de los cuatro elementos mágicos y del despertar de los restos de la humanidad. En este juego, la humanidad vive reducida a una población mínima, cien personas, que viven repartidas en cuatro valles, sin recordar nada y viviendo de la caza y la recolección. Pero algunas personas están recordarndo, "despertando". Y la primera persona que ha despertado completamente es una exploradora de Nolegu, uno de los cuatro valles.
Antes de contar su historia, pongo los datos actuales. Los espíritus mágicos que se han avistado en los cuatro valles son:
Y el número de personas que han despertado parcialmente en cada valle son las siguientes.
Como en las encuestas salió que la primera persona en despertar iba a ser una exploradora, después de los resultados de varias encuestas (a mis seguidores les gustan los personajes femeninos), que fueron estos:
12 votos en total.
Guerrero 0
Guerrera 4
Explorador 0
Exploradora 8
Lo siguiente es ponerle nombre a esta exploradora. Así que haré dos encuestas para elegirlo. Esta es la historia de su despertar. Editaré la entrada cuando esté elegido el nombre.
*
La mujer se despertó en medio de una pesadilla. Jadeó aterrorizada, aunque el sol del amanecer y aceptar que había sido un mal sueño consiguieron calmarla rápido. Se sentó sin destaparse y miró a su pueblo. Todos dormían aún, excepto un hombre que volvía del río. Eran veinticinco personas, tres niños, dos adolescentes, dos ancianos y el resto adultos como ella.
Se levantó y se fue al río. Se enjuagó la cara, a pesar del frío, y bebió un poco. Aquel iba a ser un día tranquilo, ya que el día anterior habían descubierto tres manzanos y tendrían fruta para varios días. Se limitarían a buscar algunas raíces, bayas o setas y quizá intentaran cazar algún conejo.
Por algún motivo, recordó la pesadilla. Desde hacía varios meses, tenía sueños extraños. Ella y algunos de sus compañeros. En ellos, veían imágenes extrañas. Había mucha gente, muchas más personas de las que había en los cuatro valles. Entraban y salían de extrañas formaciones de piedra, de formas rectas. Hacían cosas bastante extrañas y utilizaban utensilios incomprensibles. Pero la pesadilla había sido diferente.
Regresó junto a su gente y se cruzó con la chica que estaba embarazada y el chico que estaba con ella. Cuando los rebasó, se le aceleró el pulso. La había visto dar a luz en su pesadilla, había visto que el tiempo transcurría y su niño crecía sano y que, en respuesta, algo acudía al campamento de noche y se llevaba a uno de los adultos de mayor edad. Eso fue lo que la aterró. De la forma en que esas cosas se saben en los sueños, supo que las cosas que se habían llevado al hombre, que no pudo ver bien, lo apartaban del grupo para matarlo, porque una nueva vida implicaba una muerte.
Algo despertó en su mente. Llevaba siendo así desde hacía muchos años. Una población humana reducida al mínimo a la que unos seres impedían crecer. No había sido así siempre. Ignoraba como había sabido aquello, pero lo había vivido decenas de veces sin que le pareciera extraño. Ahora lo sentía como una aberración, como algo que debía parar. Sintió que acababa de despertar, que el destino de la humanidad no era vivir controlada por seres de pesadilla, que los seres humanos no eran simples animales. Los seres humanos tenían nombre. Ella tenía nombre, pero no se acordaba.
Se sentó junto a su manta y se envolvió en ella. Tenía un nombre. ¿Cuál era?
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