Atrapada en la pasión por el macho alfa: avance editorial y fichas de personajes
ATRAPADA EN LA PASIÓN POR EL MACHO ALFA
(Avance editorial y fichas de los personajes)
Estoy muy contento con el nuevo proyecto que me ha encargado un sello de romántica contemporánea. No puedo decir mucho, pero me han dado permiso para empezar la promoción y publicar un fragmento de la historia en mi bitácora.
Primero las fichas.
El protagonista es Christopher Yellow
La protagonista femenina es Kendra Purple
El mejor amigo del macho alfa protagonista es Rexie
Y el antagonista que debe haber en toda buena historia es Edmund Brown.
Aquí pongo un fragmento del primer capítulo. Espero que os guste.
* * * * *
CAPÍTULO 1. EL ARMARIO EMPOTRADO DE SUS SUEÑOS.
Kendra Purple apenas podía respirar. Ya era bastante malo aburrirse grapando facturas, escribiendo cartas de disculpa a clientes o correos electrónicos de agradecimiento a los que estaban contentos con sus chupetes, como para estar medio asfixiada. Era el precio a pagar por ser tan hermosa. Aquella mañana, cuatro pretendientes le habían pedido matrimonio y cada uno le había traído un ramo enorme, sin haber pensado que Kendra podría ser alérgica al polen. Si las pastillas contra su problema inmunológico no funcionaban pronto, iba a terminar desmayada sobre el ordenador y, si sucedía eso, su nariz podría pulsar la tecla “h” y llenar la pantalla con algo como: hhhhhhhhhhhh.
Suspiró mientras abría, de nuevo, la web machosalfa.com. Soñó con conocer, algún día, a alguno de aquellos machos alfa musculosos, varoniles, guapos y con dinero con los que hablar de filosofía en las cálidas noches del verano. Accedía a las páginas de cada miembro de la web sin dejar de suspirar.
No podía imaginarse que los sueños, a veces, se cumplen. Un hombre guapísimo, con una camisa que se le pegaba a sus pectorales trabajados en gimnasio y marcaba sus abdominales de estatua griega, entró en el despacho y la miró. Kendra sintió un cosquilleo por todo el cuerpo, estupefacta por la virilidad que emanaba del recién llegado. Sintió que se enamoraba sin remedio de aquel individuo espectacular.
—Me llamo Christopher Yellow y vengo a diseñarte un armario empotrado. Pégate a esa pared.
Kendra, temblorosa, perdidamente enamorada de Christopher, se pegó a la pared después de haber derribado el archivador para hacer sitio. El hombre se le acercó, extrajo de la ropa una enorme herramienta y pegó a Kendra sus poderosos músculos. La mujer gimió de placer.
—En esta pared —dijo Christopher mientras la chica gemía—te puedo empotrar un armario de dos por dos, con una barra para los trajes y tres cajoneras. ¿Te gusta eso?
—¡Oh! Sí, sí.
—¿Y si le añado una caja fuerte, como la que hay en los hoteles?
—¡Oh, sí! Por favor, por favor.
Kendra se abrazó al hombre, suspirando sin parar y procurando disimular sus gemidos.
—En realidad —dijo Christopher, con arrojo—, soy un macho alfa y no estoy aquí para empotrarte un armario, sino para otra variedad de empotración.
—Ya me había dado cuenta, amor mío.
—Además de guapa, inteligente. Ojalá te hubiera conocido antes.
Christopher procedió con su actividad profesional mientras Kendra gemía, suspiraba y mencionaba a Dios. Después de varios minutos de desempeño laboral, el macho alfa la miró a los ojos y la secretaria sintió que se iba a derretir.
—Cuando acabemos vendrá mi amigo Rexie y querrá hacerte otro armario empotrado.
—Lo que tú digas, amado mío. Aún no conozco a Rexie, pero como es tu amigo ya estoy enamorada de él.
—Pero si Rexie es un Tiranosaurio Rex.
—No importa. Rexie vendrá, intentará seducirme con su poderoso cuerpo, pero tú aparecerás, lucharás a muerte con el monstruo y vencerás. Puede que acabes un mes en el hospital, pero me salvarás y eso hará que mi amor por ti crezca a niveles nunca vistos en novela romántica alguna.
—Pero ¿por qué me voy a pelear con Rexie, si es mi colega?
—Porque sería un gran giro dramático para la historia.
—No me pidas eso. Somos grandes amigos. Nos vamos de cervezas todos los días y como él tiene los brazos tan cortos, soy yo el que le vuelca las jarras en las fauces. Lo que más une a dos machos alfa es compartir la cerveza. No me pidas que rompa ese vínculo.
—Yo no…
Ambos se quedaron en silencio, tensos. Incluso Kendra, que no tenía los sentidos tan aguzados como un macho alfa, lo había notado. Alguien caminaba con paso firme hacia ellos a través del pasillo. Christopher se apartó de ella y se volvió. Un hombre de piel tostada, guapo y musculoso, entró en la habitación e intercambió una mirada poderosa con Christopher. Kendra reconoció en él a otro macho alfa y se enamoró inmediatamente de él.
—Al fin nos encontramos, Christopher Yellow —dijo el recién llegado.
—Te reconozco —respondió Christopher tras haber olfateado un par de veces—. Edmund Brown, nada menos.
—Muy bien. No esperaba menos de ti. Te daré una oportunidad. Deja que le diseñe a la chica un armario empotrado que ocupe toda la pared y tú vete a llorar con Rexie la desdicha de haber perdido frente a un macho más alfa que tú.
—¡Jamás!
—Entonces, no queda sino pelear.
—¡Esperad, esperad! —dijo Kendra, excitada por la idea de contemplar tal duelo de titanes, pero aún más por estar en los brazos de aquellos dos machos—. ¿Y por qué no me diseñáis juntos un armario empotrado gigante?
—No puede ser, Kendra —afirmó Christopher—. El destino de los machos alfa es pelear hasta que solo quede uno. Busca a Rexie y huid de la ciudad lo más rápido que podáis.
Kendra le dio un beso rápido a Christopher, otro aún más rápido a Edmund y corrió por el pasillo. Una vez en la calle, vio a Rexie, que se agachó para que se le subiera en el cuello y, a toda prisa, se alejaron de la empresa donde había trabajado Kendra. Volvió la vista al percibir un estruendo. El edificio se había derrumbado y Christopher y Edmund combatían sobre las ruinas.
La chica comprendió que ahora estaba en manos del Tiranosaurio Rex. Y aquello le provocó una mezcla de temor y excitación.
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