08 enero 2008

Nuestro modelo de Seguridad Social no tiene sentido

El 20 de septiembre publicaba un artículo que rezaba: ¿tiene sentido nuestro sistema de Seguridad Social? Me planteaba si una Seguridad Social tan sumamente cara, de afiliación obligatoria, y donde, en cosas no mortales, se desprecia a los que pagamos con mucho esfuerzo el sistema, tenía sentido. Antes me lo preguntaba, ahora sé que necesita una reforma profunda.

Tengo que destacar que un 30% de lo que gano se me va en seguros sociales, lo que está sólo un poco por debajo del límite óptimo que el gobierno considera que una familia debe dedicar al pago de su vivienda. Y todo eso para encontrarme con situaciones como la que describo.

Hará unos meses, un especialista, indignadísimo, nos menospreció porque, ante sintomas que parecían indicar cierta patología (soy poco claro a conciencia), se nos ocurrió llevar a un familiar mío a su consulta. Después de decir que no era de su competencia, sino de una rama que es prima hermana suya, muy indignado, le dio por hacernos el gran favor (a pesar de ser molestos pacientes que veníamos a perturbarle) de enviarnos a realizar la prueba. Todo eso después de haber hecho un diagnóstico sin mirar a la cara del paciente, y de decirnos que no tenía nada, y que no iba a volverle a ver nunca más (no sea que le contamine).

Resulta que nos dan los resultados de la prueba y nos dicen, en un tono completamente diferente (y otro especialista), que está perfecta, pero que van a hacer un seguimiento dentro de dos meses. Asimismo, en el informe que acompaña a las prueba, leemos algo de "atrofía" en algún sitio. Se la llevamos a otro médico, intrigados y, efectivamente, existe un problema físico que ha salido reflejado en el informe. Tanta indignación porque fuimos a molestarle y resulta que el paciente estaba enfermo de verdad. ¡Qué cosas!

Y cuando empezamos con la empresa, había meses que teníamos que sufrir para pagar las cuotas que mantienen esto en pie...

Lo que sí es verdad es que preferiría que la prueba hubiese salido negativa, y no haber tenido que publicar esta entrada (entre otras cosas, es por esto por lo que digo que no ha empezado muy bien el 2008).

2 comentarios:

Lillu dijo...

No te veo muy animado, pero espero que todo se solucione y que esos problemillas físicos (tuyos y de los que te rodean) mejoren pronto.

No voy a aportar nada sobre lo de la SS porque veo que tienes tus motivos sobrados para quejarte. En mi caso, no me han fallado tanto (todavía) pero sigo pensando que depende mucho de quién te atienda y el humor con que se tome su trabajo. Lo peor es que puede haber camareros o dependientes con malas pulgas o maleducados y todo se arregla con no volver por el establecimiento; lamentablemente el problema con los médicos es más difícil de arreglar.

Lo dicho, procura no darle vueltas a las cosas que ya se dan ellas solas :)

un beso!

Juan dijo...

Hola

No, por desgracia :-(. Aunque mejoraré... Tengo a un familiar en el hospital por un accidente y lo han tenido que operar, pero la cosa ha ido bien. Mala suerte que haya sido ahora, en pleno descontrol por la epidemia de gripe... A otro le pasa esto que contaba en la entrada. Yo he tenido gripe y ahora estoy que no sé cómo voy a terminar todo lo que tengo que hacer :-D.

Con la SS lo que, creo, dije en esta entrada o en la otra. Para casos muy graves, de vida o muerte, son magníficos. Pero lo que no puede ser es que el Estado quiera abarcar toda la atención médica y que lo haga de forma deficiente. Si no quieres ir a la SS por un asunto concreto, tienes que pagar por partida doble (dejas de usar algo por lo que te cobran y tienes que pagar precios muy altos o tener, aparte del de la SS, un seguro privado).

No nos queremos enterar de que el Estado no es otra cosa que una empresa gigantesca (maneja cerca de la tercera parte de la riqueza de todo el país), cuyos objetivos son hacer dinero y perpetuarse. El Estado y las multinacionales tratan a empleados y clientes con la misma falta de humanidad. Es el buen nombre del Estado lo que nos ciega, pero son muy parecidos...

Eso sí, ya estoy otra vez desoyendo tu consejo... Procuraré no darles tantas vueltas a las cosas :-).

Hasta pronto.


Juan.