Se acabaron las fiestas navideñas
Es una tontería, seguro, pero uno de los momentos normales (excluyo desgracias inesperadas, evidentemente) más tristes del año es cuando me pongo a guardar los adornos navideños. Es otra Navidad que se acaba... Se terminó el ir a buscar regalos a escondidas, el ir a comprar vino algo más decente del que te tomas normalmente, cargar con un pavo de 5 o 6 kilos... Se acaban las calles iluminadas, la cabalgata de los Reyes.
Me hace pensar que los seres humanos están aquí de prestado, que todo pasa y nada permanece, y que, a lo mejor, son las últimas fiestas que paso con todas las personas con las que las he vivido este año.
No puedo decir que ahora me sumerjo, de nuevo, en el trabajo, porque estas navidades también he trabajado bastante, pero sí es cierto que ya se acaba la excusa de dejarlo todo "para después de las fiestas".
Lo único que me hace ilusión, ahora mismo, son una serie de proyectos que tengo para este año, que no ha empezado demasiado bien, por desgracia (esto parece un sanatorio..., empezando por mí, aunque lo mío es más molesto que grave). Ya iré contando. Hasta entonces, a esperar el verano y las próximas navidades.
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