La quiebra de Lehman Brothers y los factores psicológicos de la crisis económica
Supongo que todos los lectores de esta bitácora habrán oído hablar de la quiebra de un gran banco de inversiones de EEUU, Lehman Brothers. Y lo supongo porque aún hoy están los telediarios bombardeándonos con eso y con el hundimiento del 4,5% del IBEX 35 (del índice más importante de la Bolsa española, para los afortunados que viven de espaldas a la macroeconomía). La noticia preocupa, sí, pero de ahí a que cundan el pánico y la histeria... Y es que, sin la mínima intención de hacer algo tan estúpido como infravalorar la crisis que atravesamos, hay un componente psicológico muy grande en lo que está sucediendo, que los medios de comunicación contribuyen bastante a fomentar.
Lehman Brothers quiebra, las bolsas mundiales se desploman y los españoles nos aterrorizamos a pesar de que la exposición de los bancos españoles a inversiones de Lehman son mínimas y afectan casi en exclusiva a fondos de inversión de los mayores bancos. Es que ayer, entrevistaban a un economista de Granada, y le preguntaban que si los ahorros que tenemos en los bancos estaban seguros, como si pasado mañana se fuera a hundir el BBVA... Habría que conocer las grandes diferencias entre los modelos económicos de España y EEUU. Ya lo he dicho más veces. En la OCDE hay dos modelos económicos diferentes: aquel en el que manda el sector productivo y un segundo en que el poder lo tiene el sector financiero. Todos los países siguen el primero salvo Japón y España, donde "mandan" los bancos, esto es, compran empresas productoras como complemento a su negocio de financiar. En los EEUU, los bancos los suelen crear empresas productoras para ampliar sus líneas de negocio. Eso quiere decir que en España será muy complicado que pase algo parecido a lo ocurrido en EEUU, porque los bancos españoles son tan grandes y están tan diversificados que antes de caer ellos, tendrían que quebrar otras muchas compañías.
Y luego está el alarmismo con el hundimiento de las bolsas. Cierto que con la generalización de fondos de inversión y planes de pensiones, la caída en las bolsas afecta a casi todo el mundo, pero si uno ha tenido la precaución de no asumir riesgos excesivos, perder va a perder poco o nada. Eso sí. Cuando el IBEX cae un 4%, sale en primera página de los periódicos y todo el mundo se aterroriza, aunque no tenga ni un euro invertido en bolsa. Cuando rebota y sube un 2,5 o un 3%, se le dedican un par de frases, o un artículo perdido en el interior de la sección de economía. Y de estos rebotes ha habido cinco o seis en los meses de verano... De hecho, los que tienen dinero y valor para jugar en bolsa, en una situación de tanta volatilidad se están inflando de ganar dinero.
Sí es verdad que las caídas en bolsa son un palo para quienes tengan ahorros inmovilizados porque ahora tendrían que vender en pérdidas, pero, desgraciadamente, el que invierte en bolsa se expone a eso. Por eso los asesores no se cansan de advertir que en bolsa uno juega dinero que estime no va a necesitar, por si acaso.
Y para acabar... En cualquier crisis económica, lo realmente malo son las historias de fracaso personal, de familias abocadas a la pobreza, de trabajadores en paro... que quiebre una empresa debe preocuparnos, sobre todo, por el futuro de sus trabajadores, o por el futuro de los emprendedores. Por lo demás, las empresas caen y luego se crean otras que las sustituyen. Pero también debemos recordar que crisis, y peores, las ha habido ya, y hemos salido adelante.
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