12 abril 2009

La entrada más extraña de la bitácora

Siempre ando con la broma de que esta es la bitácora empresarial menos empresarial de Internet, ya que aquí escribo de todo menos de mi propia empresa que es, teóricamente, para lo que la creé. Reconozco que tampoco es que haya mucho que contar, ya que lo único que hacemos es trabajar, trabajar, trabajar, presentar declaraciones fiscales, trabajar... y todo eso suena bastante aburrido (y a menudo lo es). Pero con esta entrada realmente extraña, voy a dar el remate, o la puntilla usando el símil con el toreo, al carácter empresarial de la misma.

Voy a hacer algo que no suelo hacer casi nunca en Internet, y es hablar directamente de mí. Esta Semana Santa me la he pasado trabajando en un 80%, ya que he estado delante de este "bicho" (me refiero al ordenador) adelantando proyectos pendientes, salvo en momentos como este, en dos veces que me he ido a jugar al "volley-playa" (y hemos hecho amigos y amigas y todo... una red y una pelota en la playa tienen gran poder de convocatoria... ya sólo falta que ligue con una jugadora espontánea de "volley-playa") y una noche que hemos ido de cena. Esto demuestra que o soy demasiado responsable, o muy tonto, o muy desorganizado, o las tres cosas a la vez.

A lo que iba. Sobre el Lunes Santo empecé a recordar a una chica de la que anduve enamorado hace exactamente 15 años. Llevaba mucho tiempo sin acordarme de ella, así que ignoro por qué lo hice. Además, una noche o dos después tuve un sueño muy largo con ella, que tenía que ver con alguna aventura rara... nos perseguía alguien o algo de ese estilo (no... no tenía nada de erótico, pandilla de malpensados :-D ). Y, claro, recordé, recordé... La conocí en la Universidad, porque para ir a determinada clase de una asignatura que tenía colgada, había que apuntarse en una lista, y quien tomaba los nombres era ella (esto de la lista para asistir a clase, en aquellos tiempos, era algo muy extraño). Resultó que era de la misma ciudad que yo, aunque no nos conocíamos. Era muy guapa, muy simpática...

Nunca le dije nada. Ni siquiera llegué a quedar con ella ni a vernos de una forma que no fuera casual, aunque nos pasáramos, muchas veces, un buen rato hablando cuando coincidíamos. Consideraba que estaba fuera de mi alcance, lo que es una forma elegante de decir que me consideraba muy poca cosa para ella. Aparte, nunca me he caracterizado por ser valiente o audaz, aunque una vez sí lo fui extraordinariamente (para compensar, digo yo). El caso es que sé que ya está casada y con hijos, de lo cual me alegro mucho, porque me sigue cayendo muy bien, aunque ya hace tiempo que no la veo. Ahora, cuando lo pienso, me doy cuenta de lo absurdo que es creer que no estás a la altura de una mujer, pero ese es uno de los muchos errores que me han convertido en un solterón empedernido. Volveré a este tema de los errores más adelante.

Recordando, recordando, recordé a otras dos de las que anduve enamorado (por cierto, "anduve enamorado" lo he sacado de un libro :-) ). A la primera la conocí hace 21 años. No sé qué es de ella ni me importa nada. Un día me la crucé por la calle, hace unos tres años o así, y me hice el "sueco". Me trató muy mal y aunque no le guarde rencor, si quiere hablarme que lo haga ella. Y a la segunda, hace diez, con la gracia de que la chica que conocí en la Universidad, y ésta, llegaron a conocerse en persona. Hace ya bastantes años... me atrevería a decir que ocho, nos vimos los tres en un tren sin pretenderlo. Esta tercera sí que me trató muy bien, a pesar de que no me lo merecí, y no porque le hiciera nada malo y me lo perdonara, sino por mi debilidad, falta de ideas y de sentido común. Con esta, hace muchos años, sí que fui valiente... sólo que el valor se me agotó en seguida. Cada vez que me hago cargo de la paciencia que tuvo conmigo, busco una cama debajo de la que esconderme (soy andalúz; exagero, ya sabéis...).

Para que esta entrada tenga algo de contenido, y alguien tenga algo que comentar si lo desea, voy, por fin, al segundo objetivo de la entrada. Voy a enumerar mis errores, y los de otros que he visto, para que aquellos hombres que estén deseosos de abandonar su estado de soltería (hay gente muy rara por ahí :-D ) no caigan en ellos. Concretamente:

  • La idea de que una mujer, por muy guapa que sea, está fuera de tu alcance es absurda. Da igual que seas feo, bajito, gordo o tartamudées, - o que seas apuesto y musculoso como yo (je, je, je) -; casi nunca es verdad.
  • Es muy bueno ver más películas románticas. Son un compendio de todo lo que no se debe hacer si quieres conquistar a una mujer. Sí, hay chicas que hasta lloran con esas películas, pero si se vieran en la vida real en esa misma situación, perderían interés por el "galán" de la misma o saldrían corriendo (o ambas cosas). Es parecido a que nos pasa a los que nos gustan las películas de batallitas: si me pusieran una espada en la mano y se me echaran encima tres esbirros armados hasta las cejas, seguro que correría muy rápido, y no sería tan divertido. Claro que dada mi formación científica, os propongo que no me creáis... Comprobadlo vosotros mismos; haced lo que se ve en esas películas y veréis como os sale todo torcido...
  • Las mujeres son personas normales y corrientes. No leen la mente, no pueden hacer cinco cosas a la vez, no tienen un sexto sentido, no son mejores en lingüística por derecho de nacimiento... Son tan normales como lo puedas ser tú, así que es una gran idea, antes de entrarle a una chica, ponerse en su lugar y plantearte qué pensarías del vigésimo individuo que le ha preguntado "¿vienes mucho por aquí?" en lo que va de noche (tres cuartos de hora), con cara de lascivia. Sed originales. Tampoco se darán cuenta de que sientes algo por ellas si no se lo dices. Y mira que es obvio lo que acabo de decir, pero cuesta trabajo darse cuenta de que si te callas, no sabrán ni que existes.
  • Insisto. Las chicas son personas normales... son como tus amigos o tus familiares o tus colegas. Supongamos que estamos en un acto, te presentas a un profesional y éste pasa completamente de ti. ¿Qué solemos hacer? Despedirnos con educación e irnos a hablar con otro. Pues bien, entonces, decidme: si le entrais a una chica en una discoteca, y ella pasa de vosotros completamente, ¿creeis que os va a apreciar más si os quedáis allí, sonriendo estúpidamente, y tratando por todos los medios de hacerla reír? Una despedida con clase, o una crítica muy leve y con gracia a su actitud (esto sólo si la chica es descaramente "borde" e insultante, si se porta con educación no da muy buena imagen de vosotros... ninguna chica tiene obligación de salir con nadie, recordadlo, por favor) son ideales.
  • Seducir es cuestión de actitud. Y, además, esta actitud es la misma que enamora a un hombre o a una mujer. Y la actitud se resume en que, cuando le entres a una chica, debes ir convencido de que vales, de que contigo va a pasar una gran noche, y que si te rechaza, la que sale perdiendo es ella. Si no, todo lo que hagas es inútil. Si, algún día, tenéis la suerte de que una chica con esta actitud os intenta seducir, comprenderéis lo que digo. Por desgracia, estas mujeres escasean tanto como los buenos seductores.
  • La observación es importante. Analizad cómo actúan los que tienen éxito con las mujeres y sacad conclusiones. Yo aprendí mucho así.
  • No os toméis demasiado en serio lo de buscar pareja. Es sólo un juego. Debería ser divertido. Si conseguís que entrar a las chicas sea una actividad agradable, dejaréis de ser solteros antes de lo que pensáis.
  • Podéis leer libros, mirar en Internet e imitar para aprender, y aprenderéis mucho, pero es bueno que encontréis vuestro estilo. A mí me gusta eso de exagerar (un ejemplo al final).
  • Y, de remate... Si le entráis a una chica para seducirla, es para seducirla, no para hacerla vuestra amiga, pagarles cafés y copas, y ser su paño de lágrimas. Aparte de ser una actitud que, a veces es errónea, y otras veces claramente hipócrita (pensadlo... estáis sirviendo de paño de lágrimas, y gastando dinero, para poder llevaros a una chica a la cama... ¿os parece bonito? A ellas tampoco), no funciona casi nunca o nunca. Casi nunca se enamoran de un hombre con tan poco carisma como para permitir que una chica que le gusta acuda a él para desahogarse y qué él esté ahí con la esperanza de que un día descubra que es el hombre de sus sueños. Que sé de gente que llega a soportar en silencio, y con una sonrisa, que, la chica a la que ama, le cuente compungida los problemas sexuales de su nuevo novio. Con todo respeto, más bajo no se puede caer. Y luego se preguntan por qué siguen solteros... Si no te quieres a ti mismo, los demás no te van a querer... Si tienes buen corazón, y te gusta ayudar a los demás, eres libre de consolar a tus amigos o a tu pareja, pero a una chica a la que quieres conquistar que la consuele otro.

Para terminar... ¿había hablado yo de un ejemplo de exagerar? ¿Sí? Pues ya no me acuerdo (je, je, je)... Planteaos seriamente si queréis ser grandes seductores. Os advierto que la vida del "tío bueno" no es tan bonita como la pintan. Ser un hombre objeto, perseguido por las mujeres, no es tan agradable... lo digo por experiencia. Y ya que estoy aquí aprovecho para pediros, chicas, que si me mandáis fotos vuestras con poca o ninguna ropa, lo hagáis en JPG y no en BMP, que mi buzón de correo sólo tiene 1 Gb de capacidad.

(Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, no me he podido resistir, lo siento... ja, ja, ja).

2 comentarios:

Lillu dijo...

Yo sí que puedo hacer más de cinco cosas a la vez...

...


Bueno, a lo que iba :P Coincido contigo: las mujeres son exactamente igual que los hombres en casi todo, salvo en pequeños detalles que no pasaré a comentar. El caso es que un hombre y una mujer (o dos hombres o dos mujeres) buscan hoy por hoy lo mismo de la misma manera. Soy partidaria de que si quieres sexo, dejes claro que quieres sexo. Como bien dices, ponerte el disfraz de amigo con la única intención de echar un polvo tarde o temprano no es demasiado inteligente. Si quieres amistad, déjalo claro desde el principio y no des pie a equívocos. Si quieres pareja estable, más de lo mismo, advierte que tus intenciones no son una alegría de una noche.

Dicho esto, hay efectivamente hombres muy patosos a la hora de demostrar su interés. De igual modo hay mujeres que se hacen las duras (algo que no entenderé jamás) y otras que esperan que esas películas que comentas se reproduzcan en la vida real. Por experiencia, lo que pasa en las películas jamás ocurre en la realidad (por suerte! menudo empalague a veces... bbrrr) XD

En mi caso, casi siempre he buscado en mis parejas una cierta estabilidad (casi siempre...) y sobre todo una conexión intelectual más o menos fuerte. En los casos en los que no ha existido eso la relación nunca llegó a rebasar los tres meses. No me gusta que me presionen (como bien dices) y no me gusta tener que repetir que me dejen en paz, aunque con la edad ya pongo la cara de borde adecuada para que no se me acerque casi ningún tío. Decir lo de "a mi marido también le gusta este grupo" también ayuda a ahuyentar a algunos... XD

(Vale... lo de antes es mentira; yo casi no salgo de noche así que esas situaciones no se producen demasiado XD).

Una entrada muy instructiva, aunque me temo que muchos hombres seguirán sin comprender que cuanto más claro expongan lo que desean más posibilidades tienen de conseguirlo.

saluditos!

Juan dijo...

Hola

La de malos ratos que se evitarían, muchas veces, si fuéramos un poco más claros en estas cosas. Yo también soy partidario de ser muy claro, aunque muchas veces no es fácil.

De todos modos, también hay un problema y es que tampoco es bueno mostrar a la primera todas tus intenciones. Eso debes hacerlo según lo vaya pidiendo la situación y la conversación que estés teniendo. En todo caso, creo que, cuando llegue el momento de decir o insinuar lo que quieres, debes ser sincero, o sea, claro.

Lo de que una chica se haga la dura es una técnica de seducción, una de las más elementales que existen. El problema es que la gran mayoría la aplican muy mal y suelen "pasarse". En cuanto a los hombres patosos, yo voy más lejos, y creo que la mayoría de los hombres somos de lo más desastroso a la hora de demostrar interés. Las chicas también, pero a ellas apenas se les nota porque casi nunca "entran". Lamentablemente, a seducir se aprende seduciendo, y en España somos demasiado cerrados como para relacionarnos con facilidad en este aspecto. Y, encima, está la "educación" que nos dan las películas románticas, que nos enseñan justo cómo no se seduce.

Por cierto, se me olvidaba el error más absurdo que cometemos los hombres, el de considerar que para las chicas el aspecto físico de un hombre no es importante. Así, muchos hacen cosas tan absurdas como ir a ligar mal vestidos, desaliñados y hasta sucios, porque como a las chicas eso no os importa... Parece mentira que sean minoría los que se dan cuenta de que si a ellos no les haría mucha gracia una chica desaliñada, a ellas tampoco lo contrario... Si tú supieras la de veces que me han llamado gordo y feo (cosa que me afecta tanto que ya me he suicidado varias veces :-D). Saber vestirte con elegancia y favorecerte le sirve a ambos sexos.

Yo en eso de lo que buscaba en mis parejas, voy muchos pasos atrás. Lo que buscaba siempre era que no "pasaran" de mí, cosa que, por cierto, nunca conseguí.

Y ya por último, lo que insistir, insistir e insistir. De muchas películas románticas se extrae la conclusión de que "el que la sigue la consigue". Nefasta frase. Una chica a la que le gustas, aunque se esté haciendo la dura, nunca te dirá que "no" de una manera en que te quedes sin respuesta (salvo que sea muy torpe tratando con chicos, que las hay). Y hay que saber distinguir si te está diciendo que no a ti o a tu forma de seducir, que es muy diferente. Lo primero que tienes que aprender es a distinguir entre esos dos tipos de noes, y es tan fácil como cambiar de estilo de seducción dos o tres veces. Si sigue igual de cerrada después de eso, una despedida elegante y a por otra chica. Justo lo contrario a lo que sale en las películas románticas, donde el protagonista repite las mismas cosas y, al cabo de años, tiene éxito por alguna razón mágica que no se alcanza a comprender.

Para acabar, te prevengo de que la frase "a mi marido también le gusta este grupo" tiene la siguiente contrarréplica: "¡a mí mujer le encanta este grupo! Deberían conocerse", y sigues hablando con ella. :-D

Un saludo.

Juan.