28 agosto 2009

Somos delincuentes

En fin... Una evolución importante de nuestras sociedades modernas es la progresiva criminalización del pueblo, al tiempo que actos delictivos clásicos (hurtos, robos, agresiones, amenazas, asesinatos...) van perdiendo su caracter de antisociales para ser tratados con más benevolencia.

Recién llegado de las vacaciones, en dos cadenas diferentes, en una noche calurosa de cambiar de una a otra, vi dos programas de esos de actualidad. En el primero, nos contaban las peripecias de la policía de Madrid en los mercadillos persiguiendo los diferentes tipos de rateros: los que roban en los puestos, y los carteristas. La protesta de los policías: la impunidad. Registraban el bolso de una carterista, le encontraban una cartera que no era suya pero, como llevaría en total unos 200 euros... nada, la tenían que dejar marchar. Cuando cambié de cadena, un carterista conocido de la policía, detenido varias veces, les gritaba con indignación que por qué lo paraban, con la arrogancia propia del que se sabe con derechos.

En el otro programa se contaba la lucha de la policía local de Marbella contra el botellón. Afortunadamente, era otro cantar. Imposición de multas, se les requisa la bebida y se acaba el botellón. ¿Cuál era el resultado de esa legislación más dura? El esperado. El botellón en Marbella está en vías de erradicarse, y se ha desplazado a las afueras... Pero... resulta que beber alcohol en la calle no es una conducta delictiva; sin embargo, ha quedado criminalizada.

No estoy diciendo, ni mucho menos, que haya que ser más blandos con el botellón. El botellón es una costumbre lamentable. No por el hecho de beber en la calle que, en si mismo, no tiene nada de especial. Pero lo que no me gusta es que todas las fiestas populares (las ferias, las cruces de Granada - eso sí que me duele -), se hayan convertido en reuniones de jóvenes que se emborrachan en plena calle y la dejan tan llena de bolsas de plástico, botellas y cristales rotos que da asco.

Pero... si ven que una legislación dura, y un castigo efectivo, funciona para frenar conductas populares no delictivas, ¿por qué no se endurece la legislación contra el que roba o mata? Es que vamos a llegar al absurdo de que un ladrón robe lo que quiera sin que la policía pueda ni soplarle encima, y que le den el palo cuando lo celebre con sus colegas en un botellón. Pensemos un poco más en el pueblo... Que mandar publicidad no deseada por Internet a un cliente tiene más castigo (3000 euros de multa) que robarle la cartera (si llevaba menos de 400 euros, nada).

¿Y a qué venía esto? Que a V., la conductora de nuestro viaje, le ha llegado su primera multa. Por ir a 123 Km/h en por una autovía en uno de esos tramos en los cuales, sin un motivo preciso, la velocidad baja a 100 Km/h y hay puesto un radar. O sea, poniendo seriamente en peligro su vida y la de los demás. Es tan poco exceso de velocidad, que no lleva pérdida de puntos, pero sí una multa. Conociéndola, probablemente no vio la señal de limitación a 100... Teme que le lleguen más. Da igual lo cuidadoso que seas con los límites de velocidad, ahí están los radares para multarte. Y los hay a cientos.

Eso... Conducir es una conducta criminalizada. A lo mejor le propongo que, para recuperar el dinero, robe una cartera. Y si un policía le llama la atención, además, le sirve de terapia contra el estrés... le empieza a gritar que tiene derechos y se queda muy a gusto... Esto es broma, claro, pero mejor tomarse las cosas a risa.

6 comentarios:

Lillu dijo...

Para mí robar objetos personales, como una cartera, sea cual sea el importe, debería tener el mismo castigo. Dudo que el ladrón sepa si en esa cartera van 50 ó 500 euros. Yo solamente disculparía los robos en tiendas cuyo objeto es comida, por ejemplo, o bienes de primera necesidad, pero para el resto los castigos deberían endurecerse.

Con respecto al botellón, yo es que tengo una opinión muy crítica contra la bebida y los excesos que conlleva su consumo. Ahí sí que me pondría a multar también para conseguir que la gente beba en sus casas sin incordiar a nadie ni maltratar el espacio público. Deberíamos fijarnos en alguna otra legislación europea, que seguro que tienen alguna solución, aunque para la mayoría de los españoles resultara excesiva o coartadora de libertad.

Lo de las multas de tráfico es otra. Muchas veces (la mayoría, de hecho) pagan justos por pecadores, y a los que realmente son un peligro al volante nunca los pillan.

saluditos

Juan dijo...

Hola

La cosa es que los robos de comida son los menos, salvo que sean botellas de whisky o jamón del bueno (eso dice la tele :) ). Yo que trabajé en hostelería... un bocadillo a alguien que se ve con hambre es raro que se le niegue. Muchos de los robos de hoy en día son para la droga o, algunos, por negocio, porque para un sector creciente de la población son un medio de vida más.

Todo es un problema de rentabilidad. Si yo robo 100 euros diarios, y mi castigo es una multa diaria de 50 euros, sin cárcel ni penalización alguna, robar me interesa. Y lo haré. En países como Cuba y en ciertos estados de cultura islámica, el que roba "desaparece" y la severidad es impresionante. Allí no es negocio robar, y no se hace apenas. El daño no son los 50 o los 100 que te saquen de la cartera. Es la sensación de falta de tranquilidad, de confianza, de preguntarte para qué te matas a trabajar para mantener un Estado que no sirve para nada. Yo suelo ser optimista, y pienso que el daño auténtico se le hace al Estado. Ellos son los que más pierden si el pueblo se arruina, porque es éste, y no su trabajo, el que les da de comer. Hoy estaba mi hermano hablando, en un comercio de venta de bicicletas, con la dependiente. Nos decía que lo ideal es no dejar la bicicleta aparcada. Pero que si lo hacemos, necesitaremos tres cadenas y llevarnos el sillín. Si no, aunque hayas tardado cinco minutos, te han volado las ruedas y el sillín. Así hay que andar, esa es la vida que hay que llevar. Ese el mayor daño, que en una sociedad así no merece la pena vivir.

El problema del botellón es higiénico y de imagen. A mí nunca me han gustado los botellones ya que jamás le he visto la gracia a emborracharme. Aunque alguna vez he conseguido acabar muy "alegre" (atenta a las crónicas del viaje :D), sigo sin saber lo que es una resaca, porque a base de cerveza y vino... es muy difícil intoxicarse salvo que te pases y mucho. No me gusta la ginebra, ni el ron, ni el whisky... A mí, si fueran todos mayores de edad y ni gritasen ni ensuciasen, el botellón me importaría lo más mínimo. Pero no funciona así. De todos modos, celebrar una fiesta en tu casa tampoco es opción. La policía llega y te pone una multa. Al menos, últimamente.

Lo de las multas de tráfico no tiene nombre. Bueno, sí: impuestos encubiertos ;) . La voracidad del Estado matará la democracia. Peor para los políticos.

Un saludo.

Juan.

Liem Dazkun dijo...

Personalmente creo que un robo o un hurto por pequeño que sea o por frustrado que sea se tiene que pagar de igual manera, acabo de leer en el 3cat24 que han cogido a una niña de 15 años que había robado con violencia 12 veces y claro esta niña en cuestión de tres años estará en la calle y eso si la llegan a meter en algún sitio por que como apenas si ha robado algo pues nada.

Con respecto al botellón personalmente estoy a favor aunque con ciertas medidas, cierto es que lo dejan todo sucio y oliendo mal, pero más cierto es que cuando vas a la discoteca te cobran asta 10€ por un vaso de plástico con mucho hielo poco alcohol y algo del refresco que pidas. Viendo ese panorama es normal que toda esta gente que piensa que para divertirse se tiene que meter de todo o ir asta las trancas de alcohol coja una opción mas barata, aunque no les voy a negar que es mejor que lo hagan cada uno en su casa.

Uff tremenda putada lo de tu amiga, pues ahora con lo de la tolerancia cero que quieren imponer estamos vendidos ya que si el limite es de 80 y tu vas a 81 la multa te cae, todavía no lo han puesto pero avísale de mi parte que si pasa por Barcelona nosotros seremos los conejillos de indias, aparte de que toda Barcelona esta sometida a la reducción de velocidad y ya de paso a las zonas de velocidad variable con unos letreros luminosos que personalmente no consigo leer asta que no los tengo encima. Y es que esto es lo que se consigue cuando el director de la DGT no tiene carnet de conducir.

Por cierto a mi parecer el echo de que pongan tantísimos radares, con cambios de velocidad y la tolerancia cero lo único que conseguirán es llegar a lo que yo he querido denominar efecto perro de salpicadero ya que nos pasaremos el rato subiendo y bajando la cabeza para comprobar velocidad y ver la carretera, personalmente veo mas peligroso eso que ir a 83Km/H pero bueno ellos son los inteligentes y los sabios que han definido que quedarme bizco con un ojo abajo y otro arriba resultara menos peligroso.

Reithor dijo...

Ya podía la conferencia episcopal enarbolar el séptimo mandamiento recogido por Moises en el monte
Sinaí, seguro que alcanzaban el mismo consenso entre gobernantes y demás autoridades que consenso hay entre ciudadanos para criminalizar a la SGAE...

Mientras tanto, los que más roban son los que siguen pasándolo en grande (entendiéndose por esto quienes no están en la cárcel). Porque no hay peor robo que el robo legal, ese amparado por leyes a medida, como la ley del suelo de 1998 que permite robar el derecho a la vivienda recogido en el Art. 40 de la Consti.

Es increíble que la Pepa sea más efectiva que su tataranieta, 160 años más joven.

Un saludo

Juan dijo...

Hola Liem Dazkun

Aunque no te lo creas... empecé este comentario hace dos semanas, pero ando muy liado...

Que tenga 15 años, en nuestro sistema legal, es irrelevante. Sé de ladrones mayores de edad que acumulan 40 o 50 detenciones por diversos delitos, y en la calle tan panchos. El robo a punta de navaja, el quitar carteras, etc... no son delitos considerados reprochables por el Estado. En cambio, si alguien te denuncia porque le has mandado cuatro correos electrónicos con publicidad sin consentimiento... La multa es de 3000 euros. Conviene más darle un navajazo cuando te amenace. Es de locos.

Corroboro lo de las copas a 10 euros. 8,5 por un mojito junto a la diagonal de Barcelona :) . Aquí en el sur, están más baratas... entre 6 y 7 según el sitio. De todos modos, reconozco que eso no me afecta, porque sólo bebo cerveza, y hasta en Barcelona no suele pasar de 3 euros la botella. Además, yo que he trabajado en hostelería, si te ponen una bebida así en un vaso de plástico, mucho menos te lo servirán delante o te pondrán whisky... te pondrán un líquido alcohólico indeterminado (garrafón).

A mí, con el botellón, lo que me pasa es que no me gusta el ambiente asociado. Lo que me gusta, si salgo de copas, es estar en un ambiente agradable donde, si se tercia, puedas hablar con la gente (con chicas en particular :D ). En un botellón lo único que ves es gente pegando gritos, cada uno encerrado en su grupito, y como cubas.

Lo del efecto perro de salpicadero es la pura verdad. A mí me distrae muchísimo ir pendiente de que la agujita no suba de cierto límite. Un día me la pego por culpa de eso. A mí hace que me repugne conducir, pero no tengo más remedio que hacerlo. Hace que me sienta un criminal. Me recuerda peligrosamente a un personaje de 1984, afecto al régimen, pero que acaba en la cárcel porque, mientras soñaba, gritó en voz alta consignas contra el gobierno. Esto es lo mismo: te castigan por algo de lo que puedes llegar a ser inconsciente, como conducir a 120 en una vía en que creías que esa era la velocidad límite.

Un saludo.

Juan.

Juan dijo...

Hola Reithor

Es el sino de nuestros días... El pueblo teóricamente tiene el poder. En la práctica, cada día va teniendo menos derechos...

El Estado podía haber, al menos, intentado parar la burbuja inmobiliaria que ahora les ha estallado en la cara, pero... se inflaban de ganar dinero... No sólo con el suelo, como dices. Ten en cuenta que el 7% de toda vivienda nueva va a parar a las arcas del Estado en concepto de IVA. Mientras más subiera la vivienda, más recaudación.

Lo único que hicieron fue intentar entrar en el mercado inmobiliario creando la Agencia Pública del Alquiler, que se llevaba el 15% del montante del mismo...

En fin... ¿Habrá que crear otra "Pepa"?

Un saludo.

Juan.