30 marzo 2009

Un mal trago estúpido

Me veo obligado a interrumpir la actividad normal de mi bitácora para contar el mal rato, innecesario, que me he llevado este domingo. Y digo estúpido porque teniendo en cuenta que me dedico a los ordenadores, debería saber ya cómo son estas máquinas.

El sábado por la mañana sufrimos un apagón tras otro. Cuando al fin la electricidad vuelve a ser estable, mi viejo ordenador se cargaba pero se quedaba bloqueado mostrando el escritorio y poco más. Como eso no es la primera vez que pasa, reinicio un par de veces y... el ordenador dice que no carga, se reinicia recién salido el logo del XP. Como ya tenemos práctica, doy por pedido el Sistema Operativo, cojo un disco duro de 320 Gb que teníamos por ahí (esto de dedicarse a la informática tiene sus cosas buenas) y se lo enchufo para sustituir al mío, de 120. Una hora después, tengo todo reinstalado, pero me falta valor para iniciar la copia de los datos, cosa que dejo para el domingo, y...

Muy ufano, pongo mi disco original como esclavo... y Windows XP dice que la partición de los datos no tiene formato, que si deseo dárselo. Cinco años de trabajo ahí metidos... irrecuperables. Y la última copia de seguridad, parcial, es de hace cinco o seis meses. Intento restaurar el MBR (lo típico) y lo mismo. Ni os cuento... las manos heladas... el código fuente de los programas de hace menos de seis meses perdido... Quería ponérselo, cómo último recurso, como esclavo a un Linux, pero buceando por Internet me encuentro un programita de código abierto: Test Disk ... Y nada, extraordinario. Accede a la partición dañada sin el menor problema y ya he volcado en el nuevo disco duro casi todo. Queda mucho por hacer, pero, al menos, puedo presumir de que no he perdido nada. Pero esta vez ha estado demasiado cerca.

Por cierto, Test Disk funciona en modo "linux", esto es, las rutas de los directorios tienen la barra /, y es que resulta que incluso Microsoft te enseña a recuperar datos de Windows usando Linux, como en este documento.

Al menos, como no podía hacer otra cosa que estar delante de la pantalla, esperando a que el ordenador volcase de un disco al otro los 110 Gb que había de información, y no podía trabajar, me he dedicado a escribir, que llevaba tiempo sin poder hacerlo.

27 marzo 2009

Las leyes y los diferentes raseros

Esta entrada es parecida a la anterior, y está algo relacionada, pero el tema no es tan triste como el de Marta del Castillo (quien, por cierto, tampoco está en el vertedero... los acusados siguen mintiendo, y el principal ahora, va e intenta suicidarse... ¿le rebajarán la pena por sufrir una depresión y demostrar lo arrepentido que está? Eso sí, qué curioso que este tipo de suicidas casi siempre fallen el intento...).

El caso es que la ley no es igual para todos, y hay diferentes raseros, según el grupo social al que pertenezcas y lo que hayas hecho. Supongo que habréis oído en la televisión que el Ministerio de Medio Ambiente dice que los chiringuitos de las playas, tan tradicionales, hay que echarlos todos abajo y, a ser posible, de inmediato. En Málaga eso significa dejar en la calle a 40.000 personas, más o menos. Por supuesto, el responsable de Costas dice que eso es innegociable, que los echan abajo y punto, esté quien esté en contra. Quizá nos salvemos porque el mismísimo Chaves ha dicho que no piensa permitirlo, y parece que van a negociar entre ellos. Pero se sacan bastantes conclusiones de todo esto.

El tema lo conozco bien, ya que me pilla muy de cerca. Trabajé durante muchos años en uno de ellos, y familiares míos muy cercanos viven de eso. Os podréis imaginar lo bien que les ha sentado el talante del gobierno, y, a pesar de que estén más que acostumbrados a este autoritarismo, la preocupación es muy lógica. Mi tío, si le echan abajo el chiringuito, se queda en la calle a cinco años de jubilarse. Abrió su negocio en 1972, así que me diréis dónde va a encontrar trabajo si le dan tal golpe a la hostelería de la zona.

En mi área geográfica, ahora hay cerca de 40.000 personas que, después de meses tan malos como febrero o marzo, estaban impacientes por poder trabajar en Semana Santa. Ahora no saben qué va a pasar, ya que el Estado dice que los chiringuitos van abajo porque ellos son así de poderosos. Lo gracioso es que la ley que, en 1988, les obligó a gastarse millones en levantar chiringuitos de obra, no ha cambiado. Simplemente, la legislación es tan ambigua que el Estado puede hacer lo que le plazca... ahora les obligo a construir sobre la arena, ahora les digo que lo echen abajo, ahora les multo porque no les doy licencia...

Desgraciadamente, si mi tío hubiese matado a alguien de 70 puñaladas, sí sabría a qué atenerse, tendría unos derechos precisos, sólidos y defendidos con uñas y dientes por el "Estado de derecho". Habría que demostrar que es culpable ya que no sería el primero que da 70 puñaladas a su víctima y luego dicen que no se pudo demostrar que hubo ensañamiento... como el asesino es inocente hasta que se demuestre lo contrario. .. Lástima que eso sólo esté tan claro en Derecho penal. Cuando no es así, el Estado o los litigantes usan la presunción de culpa a veces. Que sí, que puede estar justificada la presunción de culpa en ocasiones, pero qué lástima que sólo a los criminales más viles se les respete su inocencia con tantísimos escrúpulos. Qué sólo para ellos la ley sea poco ambigua.

Por supuesto, ni se le ha pasado por la cabeza al Ministerio negociar con el sector. Ha tenido que tomar cartas en el asunto el presidente de la Junta de Andalucía para que digan que van a parar las excavadoras un rato y se van a sentar con Chaves (lo de las excavadoras es una exageración chistosa, los andaluces somos así :-) ). Será que hay que dar palizas, como las bandas latinas, o poner bombas, como otra banda de por ahí, para que vengan a ofrecerte subvenciones o para negociar, que si no, lo que hay es echarte abajo lo que te autorizaron a edificar hace unos años sin haber cambiado la ley.

En fin, que dicen que 40.000 trabajadores se quedan en la calle porque aquí mandan ellos, porque un tipo de establecimiento que lleva en Málaga desde hace casi un siglo, ahora resulta que hace un daño terrible (en cien años habrá muerto mucha gente desnucada en los chiringuitos, que se habría salvado de caerse en la arena, ¿será eso?) y luego hay que creerse que están muy preocupados por la crisis económica, que están haciendo todo lo posible para que la superemos... Ya. Con excavadoras.

Para la próxima entrada, algo más divertido :-).

24 marzo 2009

Leyes que hacen sufrir al pueblo

Hoy toca entrada triste. Por dos motivos.

El primero tiene que ver con el crimen de Marta del Castillo. Muchas veces, me niego a ver los Telediarios, cansado de oír tanta barbaridad, pero hay cosas a las que termino por ser incapaz de desoír. Y esta es una de ellas. Ni os imagináis lo que me pasa por la cabeza cuando pienso en una niña de 17 años descuartizada debajo de toneladas de basura. Y cuando recuerdo que sus asesinos se ríen de la policía, de la justicia, de los padres y de la propia víctima, y el sistema lo único que sabe hacer es tratarlos como a reyes, siento vergüenza. Han tenido casi un mes a cientos de personas buscando el cuerpo por todo el Guadalquivir y, ahora, nada, eso era mentira y la tiraron a la basura. ¡Y no pasa nada! El asesino confeso ahora dice que él no fue, que la mató un amigo de 15 años, con lo cual, ese amigo no irá a la cárcel (no sea que se traumatice el infeliz... y digo yo, ¿no debería ya estar traumatizado por asesinar a una chica? ¿A qué viene ahora tantísima obsesión porque no sufra daños psicológicos, si para una persona medianamente normal, matar a otra le provoca remordimientos de por vida?), y que estaban todos drogados y borrachos, lo que les reduce la culpa si matan a alguien. Sólo es malo ir bebido y drogado si conduces un coche o si haces un botellón, pero si matas a alguien... Que sí, que ya sé, que carezco de conocimientos de derecho, pero, por favor, que alguien intente consolar a los deudos de Marta explicándoselo, porque yo, en un delito tan grave, no tengo valor.

Y es que cuando leo sobre el sistema judicial de la Inquisición, o el anterior, me angustia pensar en qué imagen van a tener de mí dentro de dos o tres siglos. Si la tortura como método legítimo, o las ordalías, me parecían métodos salvajes, ¿qué van a pensar nuestros descendientes de un sistema legal que mima especialmente a los asesinos de niñas? El único consuelo que tengo ahora mismo es ya son dos los abogados que se han negado a defender a los acusados. El sistema no entiende y, si hace falta, habrá que obligar a un abogado a defenderles, porque el reo es lo primero, pero a mí me parece un rasgo de humanidad que nadie quiera defender a unos individuos que se han burlado tanto de su víctima y de su sociedad, que el sistema puede ser inhumano, pero hay gente que aún sigue siéndolo.

Y digo yo... Si tan listos son estos acusados que engañan hasta a la policía, ¿por qué no se establece que ante la dificultad de encontrarles abogado, tengan que defenderse ellos solos? Y si ya se ha demostrado que mienten, hay otros métodos para obligarles a decir la verdad, pero claro, no se les puede ni tocar un pelo, que si no es tortura. Pero no hablo de ponerlos en el potro, aunque a lo mejor aprendían algo si les dieran un par de vueltas en uno de la Inquisición. Hay cosas más inocuas como el pentotal... Pero, de verdad, ¿es legítimo dejarles mentir todo lo que quieran?

A mí cada vez me importa todo menos, pero no me cansaré de repetirlo. La democracia se va a hundir por no querer poner freno a este tipo de injusticias. Porque ya está bien de que sólo si has matado a alguien el sistema respete exquisitamente tus derechos. Las cosas cambian mucho cuando lo que has hecho es rellenar mal una declaración fiscal o hacer una obra con licencia de un Ayuntamiento que, diez años después, viene una instancia superior a decirte que es ilegal (efectivamente, si presentas tu permiso de obras concecido por un organismo público, sigues siendo culpable y te multan).

Y ahora viene lo otro, pero creo que a eso lo voy a dedicar una entrada otro día, ya que, aunque también es un caso en que la ley sólo sirve para causar daño y pesar al pueblo, no tiene que ver con la justicia. Se trata de esto:
http://www.abcdesevilla.es/20090324/andalucia-andalucia/gobierno-obliga-chiringuitos-trasladen-20090324.html

El Gobierno va a dejar en el paro a 40.000 personas, aproximadamente, porque, como son tan autoritarios y duros, van a echar abajo unos 800 chiringuitos para edificarlos 10 metros más arriba (lo que ahora es la pared que da al paseo marítimo será la pared que dé a la playa). Y luego dicen que están muy preocupados por la crisis. Ayuntamientos, Junta de Andalucía y muchos turistas están en contra, pero en una democracia, el que manda es el Estado y el pueblo a callar y obedecer.

21 marzo 2009

Crisis y Economía Social

Hoy voy a escribir una de ese 5% de entradas de contenido empresarial que, dice por ahí arriba, que hay en esta bitácora. Y he unido los dos conceptos del título por algo que he advertido en las estadísticas de esta página.

Desde hará unos pocos meses, veo que una serie de entradas de las primeras que escribí, acerca de la Economía Social, están recibiendo bastantes visitas, tras casi un año y medio en que nadie las veía. La única diferencia entre ese tiempo y ahora es que la crisis económica actual está siendo mucho más visible en estos momentos. Y conociendo lo que es la Economía Social, mucho me temo que este interés renovado y la crisis tienen que ver. Así que, en esta entrada, voy a resumir qué es la Economía Social, para que los visitantes tengan, resumido, de qué va esto y para reflexionar un poco yo mismo, después de casi cinco años trabajando en una empresa de este estilo. La serie antigua de entradas está en Economía Social. No se me olvida que también explicaré por qué pienso que crisis en interés en este tipo de empresas van de la mano

La Economía Social, básicamente, la conforman las empresas creadas u orientadas posteriormente, a asegurar a sus socios puestos de trabajo estables, acordes a sus capacidades, necesidades o gustos. Son empresas creadas por trabajadores, en las cuales, la escala de valores genéricos esenciales de cualquier negocio sufre una cambio esencial en su ordenación. Normalmente, el primer objetivo general de toda empresa es maximizar los beneficios, y, después, vienen el resto de factores. El objetivo principal de una empresa de Economía Social es la creación de puestos de trabajo sólidos e indefinidos para sus socios trabajadores, y la consecución de beneficios empresariales es un objetivo secundario o una decisión estratégica orientada a financiar la ampliación o la expansión de la empresa (que normalmente será una estrategia orientada a asegurar la pervivencia o consolidar la firma). Habitualmente, las empresas de Economía Social tienen poco o ningún beneficio, entendido este como diferencia entre ingresos y gastos, ya que los socios obtienen su retribución a partir del cobro de sus salarios.

Es muy importante destacar que, aunque existan formas societarias específicas para la Economía Social, muchas empresas que no entren, estrictamente, en la definición, actúan en la práctica como si pertenecieran a este sector. Así, empresas en las que trabajen, mayoritariamente, sus socios y éstos cobren salarios de las mismas, funcionan en la práctica como empresas de Economía Social sin serlo. Y hay, aunque no es muy frecuente, básicamente, porque no es muy interesante económicamente, empresas de Economía Social que encubren un interés puramente empresarial.

Después de estas líneas generales, una definición más o menos académica. Se dice que una empresa es de Economía Social, cuando está creada por varios trabajadores cuyo objetivo es fundar una empresa en la que prestarán su actividad de forma personal, continuada y, habitualmente, de manera exclusiva, aunque esto último no es necesario. La mayor diferencia con el resto de empresas es que los objetivos no tienen por qué ser únicamente económicos, sino que la motivación puede ser crear puestos de trabajo "dignos" o acordes a las aspiraciones profesionales de los socios. En resumen, una empresa es de Economía Social cuando se funda de acuerdo a determinados principios que no son puramente económicos. Podríamos decir que son empresas con ideales.

Hay dos grandes tipos de empresas de Economía Social. La modalidad más pura son las Cooperativas. Las Cooperativas son empresas fundadas conforme a unos principios, denominados principios cooperativos:

  1. Adhesión voluntaria y abierta.
  2. Gestión democrática por parte de los socios.
  3. Participación económica de los socios.
  4. Autonomía e independencia.
  5. Educación, formación e información.
  6. Cooperación entre cooperativas.
  7. Interés por la comunidad.

Un rasgo diferenciador es que la capacidad de decisión y el capital aportado por cada socio son independientes, al contrario que las sociedades mercantiles corrientes, donde el voto de cada socio vale según el capital aportado. En una cooperativa, cada trabajador tiene un voto, independientemente del capital aportado. El esfuerzo que representa que un trabajador aporte más capital que otro, se puede remunerar pagándole un interés que, en España podrá ser, como mucho, el interés legal del dinero más seis puntos. Existen cooperativas de muchos tipos, aunque las más comunes son las de trabajo asociado, que actúan como empresas normales; por ejemplo, tres diseñadores web cuyo objetivo es vender páginas formarían una de estas cooperativas. Otras cooperativas menos convencionales, que no tienen un objetivo directamente empresarial, son las de vivienda (construcción por medios propios de la vivienda), consumo (obtención de mejores precios para los socios gracias a la compra coordinada o en gran volumen), educación...

En España, las cooperativas están legisladas a nivel estatal y autonómico. Cataluña, Andalucía y otras comunidades autónomas tienen sus propias legislaciones, aproximadamente compatibles entre sí e inspiradas en la norma estatal. Fiscalmente, tienen un tipo superreducido en el Impuesto de Sociedades y algunas exenciones en impuestos autonómicos. Tienen el serio inconveniente de tener una contabilidad compleja y específica y de que la gestión interna es más complicada al ser preciso definir más cargos y asambleas.

La segunda modalidad de empresa de Economía Social son las sociedades laborales, de las que hay dos tipos: sociedades anónimas laborales y sociedades limitadas laborales. Mi empresa es una sociedad limitada laboral. En esencia, una S.A.L. o una S.L.L. son muy parecidas a una S.A. o una S.L., pero las diferencias son las siguientes:


  1. Existen dos clases de socio o accionista: la clase trabajadora, que la forman los trabajadores que prestan sus servicios en la empresa de forma continuada e indefinida y la clase general, que no trabaja para la empresa.
  2. El 51% del capital, como mínimo, ha de estar en manos de la clase trabajadora.
  3. Una S.A.L. o una S.L.L. deben ser calificadas como tales por la autoridad competente. En Andalucía, por el Registro de Sociedades Laborales, que es un organismo autonómico.
  4. Aparte de las reservas legales establecidas por la ley, debe crearse un fondo especial de reserva adicional, por valor del 10% de los beneficios, si los hubiere.

En el día a día, una S.L.L. se gestiona igual que una S.L. La contabilidad es la misma, la fiscalidad idéntica. Sólo hay una salvedad y es que, obligatoriamente, todo socio trabajador deberá estar dado de alta, normalmente, en el Régimen General, salvo que posea el control efectivo de la sociedad (ser administrador y poseer más del 25% del capital, tener a familiares como socios y superar más del 50% del capital, y otras muchas), en cuyo caso, deberá convertirse en autónomo. En cualquier caso, en una sociedad laboral los socios deberán tener una nómina, y no se pueden hacer cosas habituales en otras formas societarias, como que el socio pueda trabajar si lo hace mediante un contrato de prestación de servicios. Esto tiene su importancia y es una dificultad bastante grande para las empresas de Economía Social que están naciendo.

Obligar a los socios de una S.L.L. a cobrar una nómina, cuando en una S.L. hay formas de evitarlo, implica que estos deben cobrar, al menos, el Salario Mínimo Interprofesional, lo gane la empresa o no. Si la empresa no da dinero suficiente para pagar el Salario Mínimo Interprofesional, en todo caso, la parte no cobrada se contabiliza como deuda de la empresa con el socio, pero, el socio deberá declarar en su IRPF el sueldo, lo cobre o no. En esta situación nos hemos visto nosotros los primeros años, declarando unos ingresos que, en realidad, no hemos tenido. En cambio, en una S.L., no es necesario que esté contratado, y siempre que no se superen ciertos límites, puedo conseguir remuneraciones inferiores al Salario Mínimo Interprofesional.

Como puede verse, las sociedades laborales son una fórmula mixta, que tiene características de las cooperativas y de las sociedades mercantiles convencionales. Sin embargo, en muchos casos, las sociedades laborales funcionan, en la práctica, como una cooperativa. En mi empresa, cada socio posee un tercio del capital, con lo que el poder de decisión es idéntico y se cumple el principio cooperativo de una persona, un voto. Y este es un caso común.

Cómo último detalle, las S.L.L. y, sobre todo, las S.A.L., tienen un segundo origen habitual, aparte del más común de ser creadas de cero. A veces, cuando una empresa quiebra y sus dueños deciden cerrarla, sus trabajadores pueden decidir convertirla en una S.L.L. o, normalmente, en una S.A.L., ya que este tipo de empresas reconvertidas suelen ser de gran tamaño, con lo que es más aconsejable una Sociedad Anónima. Por ello, pienso que está renaciendo el interés en la Economía Social. Por un lado, porque el que se queda en el paro, se desespera, y se plantea el trabajo por cuenta propia. Y, en principio, para varias personas, la fórmula más adecuada y más apoyada por el Estado son las empresas de Economía Social. Por el otro, porque la alternativa de que los trabajadores compren su propia empresa en crisis y la conviertan en una sociedad laboral es una opción que no es una locura.

Para acabar, me gustaría animar a algún lector que tenga interés en la Economía Social, a que me consulte dudas, que intentaré responder.

16 marzo 2009

Ashitaka sekki

Como últimamente no tengo tiempo de escribir, pero sí de ponerme música en Youtube cuando estoy ya embotado de tanta tecla, otra entrada sobre curiosidades musicales. Y no es que sólo oiga música oriental, sino que las cosas más curiosas me surgen con este tipo de música. Aquí tenemos un vídeo de una canción de Joe Hisaishi:



Me llamó mucho la atención el instrumento que toca la chica de blanco, que tiene un sonido muy peculiar, muy "japonés" o "chino". En realidad, está tocando un erhu, o violín chino, un instrumento de la familia del Huqin (wikipedia de nuevo, sí). Ahora ya podré decir cuando escuche ese sonido que lo que suena es un erhu (je, je).

Bonito de este tema la comparación entre el violín occidental y el chino.