21 abril 2009

Nostalgia literaria

Parece que ando de recuerdos estos días. He vuelto a recordar algo que escribí en septiembre de 1999 y que aún está colgado en Internet aquí:

La historia de Perdigón y Ancara.

Se trata de un cuento largo que escribimos entre tres personas: Lía, Pálpito y yo (bajo el apodo de Mackay). Creo que he hablado de esto en algún comentario, pero no en mi bitácora, así que hoy os invitaré desde aquí a que le echéis un vistazo. Releo mis partes y les descubro algunos fallos, pero es de la época en que estaba terminando de consolidar mi estilo y en la que más literatura escribía. A pesar de los gazapos, hay frases y situaciones que me sorprenden de lo bien que me salieron... y me apena haber perdido esa soltura.

Los relatos compartidos son una de las cosas más divertidas que se pueden hacer si eres aficionado a escribir, y con este cuento me divertí muchísimo. Una de las cosas más graciosas es ver cómo cada uno tira para su estilo. Lía era la que introducía las cosas más "picantes"; de erotismo y pasión andaba escaso el relato, pero lo poco que hay, se lo debemos a Lía. Pálpito fue la única que avanzaba la trama, y la llenó de aventuras, leyendas, profecías, personajes... los demás ibamos prosiguiendo lo que ella adelantaba. Y yo, como de costumbre, era el intimista, el que se dedicó casi en exclusiva a caracterizar a los personajes a tope y el que tuvo el honor de escribir el desenlace, si bien los flecos finales los cerró, con muchísimo arte, Pálpito.

Aún conservamos el contacto... salvo a Lía, que le perdí la pista. Pero ahí queda lo que escribimos hace tantos años...

17 abril 2009

Pagafantas

Hoy tocaba otro tema, pero un buen amigo mío me ha hecho llegar el siguiente vínculo:

http://www.eresunpagafantas.com/

donde puede verse el vídeo de Youtube con el que me he tenido que reír mucho, mucho, pero mucho:




La canción es para mondarse, y la escena final, del chico diciéndole a su amor platónico lo que le dice, por el móvil, y cómo lo felicitan... porque no está bien revolcarse por el suelo, que si no...

Aunque el tema que tratan no es muy divertido, sobre todo para los que lo sufren, tratarlo con este humor creo que es muy bueno. Con suerte, más de un desdichado "pagafantas" se dará cuenta de lo inútil de su actitud y se "liberará".

Por cierto, no he explicado qué es eso de los "pagafantas". El término nació, por lo visto, en los foros de empareja2. Una persona (también hay chicas que caen en esto, si bien son muchas menos que los chicos) que sufre este síndrome (también lo llaman el síndrome del mejor amigo) es aquella que está perdidamente enamorada de otra que no le hace el menor caso y que, en vez de aceptarlo, se convierten en grandes amigos y confidentes de su "amor", con la esperanza de que un día esta persona los mire con otros ojos. Cuando el "pagafantas" se lanza, recibe de su amor alguna de estas excusas: "sólo te quiero como amigo", "eres como un hermano para mí", "no estropeemos nuestra amistad"... Ojo, este síndrome no es culpa de la persona amada, sino del propio "pagafantas".

Y todo esto viene a cuento de que Borja Cobeaga va a filmar la película Pagafantas (el lema es: "No se puede caer más bajo"... eso ya lo dije yo en la entrada anterior). Habrá que verla...

Ah... si has llegado aquí sufriendo de "pagafantismo", aparte de los vínculos de arriba, hay uno muy bueno: Arte de seducción, para evitar este y otros problemas.

16 abril 2009

Leído: La travesía del Viajero del Alba - Vol 5. Crónicas de Narnia - (I)

Reinicio la cuenta de los libros leídos en el año, de febrero a febrero, que en esta ocasión, va a ser, me temo, bastante menor que los 15 del año pasado. Con deciros que desde febrero nada de nada...

Este libro me ha resultado precioso. El más bonito de todos los de Las Crónicas de Narnia que he leído hasta ahora. Y digo bonito por la belleza de sus imágenes y el encanto de las aventuras que se describen en esta travesía tan peculiar. Me gusta la forma en que el narrador termina la descripción de una mujer muy hermosa:

"Y cuando la miraron se dijeron que nunca antes habían sabido lo que realmente significaba la belleza."

Y, bueno... El estilo, donde el narrador es omnisciente pero, de vez en cuando, se dirige en segunda persona al lector. Las explicaciones de cosas muy sencillas, como si estuviera hablándole a niños muy pequeños. Y, sobre todo, las imágenes. Un mar de aguas tan claras que se ve la sombra de un barco en su lecho. Un viaje en bote a través de una extensión de lirios blancos...

De estos libros que te hacen feliz mientras los estás leyendo. Altamente recomendable, aunque dudo que hagan una película de él.

Y debo muchas respuestas :-).

12 abril 2009

La entrada más extraña de la bitácora

Siempre ando con la broma de que esta es la bitácora empresarial menos empresarial de Internet, ya que aquí escribo de todo menos de mi propia empresa que es, teóricamente, para lo que la creé. Reconozco que tampoco es que haya mucho que contar, ya que lo único que hacemos es trabajar, trabajar, trabajar, presentar declaraciones fiscales, trabajar... y todo eso suena bastante aburrido (y a menudo lo es). Pero con esta entrada realmente extraña, voy a dar el remate, o la puntilla usando el símil con el toreo, al carácter empresarial de la misma.

Voy a hacer algo que no suelo hacer casi nunca en Internet, y es hablar directamente de mí. Esta Semana Santa me la he pasado trabajando en un 80%, ya que he estado delante de este "bicho" (me refiero al ordenador) adelantando proyectos pendientes, salvo en momentos como este, en dos veces que me he ido a jugar al "volley-playa" (y hemos hecho amigos y amigas y todo... una red y una pelota en la playa tienen gran poder de convocatoria... ya sólo falta que ligue con una jugadora espontánea de "volley-playa") y una noche que hemos ido de cena. Esto demuestra que o soy demasiado responsable, o muy tonto, o muy desorganizado, o las tres cosas a la vez.

A lo que iba. Sobre el Lunes Santo empecé a recordar a una chica de la que anduve enamorado hace exactamente 15 años. Llevaba mucho tiempo sin acordarme de ella, así que ignoro por qué lo hice. Además, una noche o dos después tuve un sueño muy largo con ella, que tenía que ver con alguna aventura rara... nos perseguía alguien o algo de ese estilo (no... no tenía nada de erótico, pandilla de malpensados :-D ). Y, claro, recordé, recordé... La conocí en la Universidad, porque para ir a determinada clase de una asignatura que tenía colgada, había que apuntarse en una lista, y quien tomaba los nombres era ella (esto de la lista para asistir a clase, en aquellos tiempos, era algo muy extraño). Resultó que era de la misma ciudad que yo, aunque no nos conocíamos. Era muy guapa, muy simpática...

Nunca le dije nada. Ni siquiera llegué a quedar con ella ni a vernos de una forma que no fuera casual, aunque nos pasáramos, muchas veces, un buen rato hablando cuando coincidíamos. Consideraba que estaba fuera de mi alcance, lo que es una forma elegante de decir que me consideraba muy poca cosa para ella. Aparte, nunca me he caracterizado por ser valiente o audaz, aunque una vez sí lo fui extraordinariamente (para compensar, digo yo). El caso es que sé que ya está casada y con hijos, de lo cual me alegro mucho, porque me sigue cayendo muy bien, aunque ya hace tiempo que no la veo. Ahora, cuando lo pienso, me doy cuenta de lo absurdo que es creer que no estás a la altura de una mujer, pero ese es uno de los muchos errores que me han convertido en un solterón empedernido. Volveré a este tema de los errores más adelante.

Recordando, recordando, recordé a otras dos de las que anduve enamorado (por cierto, "anduve enamorado" lo he sacado de un libro :-) ). A la primera la conocí hace 21 años. No sé qué es de ella ni me importa nada. Un día me la crucé por la calle, hace unos tres años o así, y me hice el "sueco". Me trató muy mal y aunque no le guarde rencor, si quiere hablarme que lo haga ella. Y a la segunda, hace diez, con la gracia de que la chica que conocí en la Universidad, y ésta, llegaron a conocerse en persona. Hace ya bastantes años... me atrevería a decir que ocho, nos vimos los tres en un tren sin pretenderlo. Esta tercera sí que me trató muy bien, a pesar de que no me lo merecí, y no porque le hiciera nada malo y me lo perdonara, sino por mi debilidad, falta de ideas y de sentido común. Con esta, hace muchos años, sí que fui valiente... sólo que el valor se me agotó en seguida. Cada vez que me hago cargo de la paciencia que tuvo conmigo, busco una cama debajo de la que esconderme (soy andalúz; exagero, ya sabéis...).

Para que esta entrada tenga algo de contenido, y alguien tenga algo que comentar si lo desea, voy, por fin, al segundo objetivo de la entrada. Voy a enumerar mis errores, y los de otros que he visto, para que aquellos hombres que estén deseosos de abandonar su estado de soltería (hay gente muy rara por ahí :-D ) no caigan en ellos. Concretamente:

  • La idea de que una mujer, por muy guapa que sea, está fuera de tu alcance es absurda. Da igual que seas feo, bajito, gordo o tartamudées, - o que seas apuesto y musculoso como yo (je, je, je) -; casi nunca es verdad.
  • Es muy bueno ver más películas románticas. Son un compendio de todo lo que no se debe hacer si quieres conquistar a una mujer. Sí, hay chicas que hasta lloran con esas películas, pero si se vieran en la vida real en esa misma situación, perderían interés por el "galán" de la misma o saldrían corriendo (o ambas cosas). Es parecido a que nos pasa a los que nos gustan las películas de batallitas: si me pusieran una espada en la mano y se me echaran encima tres esbirros armados hasta las cejas, seguro que correría muy rápido, y no sería tan divertido. Claro que dada mi formación científica, os propongo que no me creáis... Comprobadlo vosotros mismos; haced lo que se ve en esas películas y veréis como os sale todo torcido...
  • Las mujeres son personas normales y corrientes. No leen la mente, no pueden hacer cinco cosas a la vez, no tienen un sexto sentido, no son mejores en lingüística por derecho de nacimiento... Son tan normales como lo puedas ser tú, así que es una gran idea, antes de entrarle a una chica, ponerse en su lugar y plantearte qué pensarías del vigésimo individuo que le ha preguntado "¿vienes mucho por aquí?" en lo que va de noche (tres cuartos de hora), con cara de lascivia. Sed originales. Tampoco se darán cuenta de que sientes algo por ellas si no se lo dices. Y mira que es obvio lo que acabo de decir, pero cuesta trabajo darse cuenta de que si te callas, no sabrán ni que existes.
  • Insisto. Las chicas son personas normales... son como tus amigos o tus familiares o tus colegas. Supongamos que estamos en un acto, te presentas a un profesional y éste pasa completamente de ti. ¿Qué solemos hacer? Despedirnos con educación e irnos a hablar con otro. Pues bien, entonces, decidme: si le entrais a una chica en una discoteca, y ella pasa de vosotros completamente, ¿creeis que os va a apreciar más si os quedáis allí, sonriendo estúpidamente, y tratando por todos los medios de hacerla reír? Una despedida con clase, o una crítica muy leve y con gracia a su actitud (esto sólo si la chica es descaramente "borde" e insultante, si se porta con educación no da muy buena imagen de vosotros... ninguna chica tiene obligación de salir con nadie, recordadlo, por favor) son ideales.
  • Seducir es cuestión de actitud. Y, además, esta actitud es la misma que enamora a un hombre o a una mujer. Y la actitud se resume en que, cuando le entres a una chica, debes ir convencido de que vales, de que contigo va a pasar una gran noche, y que si te rechaza, la que sale perdiendo es ella. Si no, todo lo que hagas es inútil. Si, algún día, tenéis la suerte de que una chica con esta actitud os intenta seducir, comprenderéis lo que digo. Por desgracia, estas mujeres escasean tanto como los buenos seductores.
  • La observación es importante. Analizad cómo actúan los que tienen éxito con las mujeres y sacad conclusiones. Yo aprendí mucho así.
  • No os toméis demasiado en serio lo de buscar pareja. Es sólo un juego. Debería ser divertido. Si conseguís que entrar a las chicas sea una actividad agradable, dejaréis de ser solteros antes de lo que pensáis.
  • Podéis leer libros, mirar en Internet e imitar para aprender, y aprenderéis mucho, pero es bueno que encontréis vuestro estilo. A mí me gusta eso de exagerar (un ejemplo al final).
  • Y, de remate... Si le entráis a una chica para seducirla, es para seducirla, no para hacerla vuestra amiga, pagarles cafés y copas, y ser su paño de lágrimas. Aparte de ser una actitud que, a veces es errónea, y otras veces claramente hipócrita (pensadlo... estáis sirviendo de paño de lágrimas, y gastando dinero, para poder llevaros a una chica a la cama... ¿os parece bonito? A ellas tampoco), no funciona casi nunca o nunca. Casi nunca se enamoran de un hombre con tan poco carisma como para permitir que una chica que le gusta acuda a él para desahogarse y qué él esté ahí con la esperanza de que un día descubra que es el hombre de sus sueños. Que sé de gente que llega a soportar en silencio, y con una sonrisa, que, la chica a la que ama, le cuente compungida los problemas sexuales de su nuevo novio. Con todo respeto, más bajo no se puede caer. Y luego se preguntan por qué siguen solteros... Si no te quieres a ti mismo, los demás no te van a querer... Si tienes buen corazón, y te gusta ayudar a los demás, eres libre de consolar a tus amigos o a tu pareja, pero a una chica a la que quieres conquistar que la consuele otro.

Para terminar... ¿había hablado yo de un ejemplo de exagerar? ¿Sí? Pues ya no me acuerdo (je, je, je)... Planteaos seriamente si queréis ser grandes seductores. Os advierto que la vida del "tío bueno" no es tan bonita como la pintan. Ser un hombre objeto, perseguido por las mujeres, no es tan agradable... lo digo por experiencia. Y ya que estoy aquí aprovecho para pediros, chicas, que si me mandáis fotos vuestras con poca o ninguna ropa, lo hagáis en JPG y no en BMP, que mi buzón de correo sólo tiene 1 Gb de capacidad.

(Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, no me he podido resistir, lo siento... ja, ja, ja).

10 abril 2009

Errores de programación, segunda temporada, capítulo 2

Pues nada, un error de los que a mí me gustan, de esos que te hacen perder un tiempo delante del ordenador que estaría mejor aprovechado haciendo algo más agradable (nótese el tonillo irónico en "gustan" :-D). Esta vez, es con PhP.

Dice la teoría que tanto la función "header" de php, que redirige la ejecución del código a otra página, como la función "session_start()" sólo pueden utilizarse antes de que se envíe cualquier información a la pantalla dentro del archivo php en que se ubiquen. Así, no puedo llamar a "echo", o incluir código HTML antes de llamar a cualquiera de ambas funciones. Ello se debe a que en el protocolo HTTP, las cabeceras son lo primero que se envía, y ambas funciones envían información en las cabeceras del mencionado protocolo. Vale.

Incluyo ambas funciones en un archivo en PhP, miro cuidadosamente el código para asegurarme de que no envío nada delante, cosa que es correcta. Y... como el lector ya adivinará, falla. Ni idea de por qué. Me dedico a hacer pruebas y pruebas, y a perder un tiempo que podría haber empleado en salir de casa, en leer un libro o, por qué no, en jugar a algo (que mi nueva máquina y su supertarjeta gráfica se tragan ahora cualquier cosa). Por supuesto, todos los intentos infructuosos hasta que en una web perdida de Internet, gracias a buscar el error, al cuarto o quinto intento, leo algo tan misterioso como:

"A mí me funcionó quitando los espacios en blanco del archivo XXXXXX.php"

¿Espacios en blanco? Me da por revisar mi archivo PhP, y caigo en la cuenta de que la primera línea es "_< ?", donde _ es un espacio en blanco y < ? es cómo se le indica al servidor que, a partir de ahí, voy a ejecutar código php. ¿A que no sabéis lo que hice? Sí, exacto: borrar el espacio. Y funcionó perfectamente. Ni me había dado cuenta de que había un espacio ahí.

08 abril 2009

Cambio de ordenador finalizado: Reflexiones

Esta es la primera entrada que escribo usando el nuevo ordenador, que sustituye a mi antiguo HP a.320. Pensaréis que no estoy muy bien, pero tiendo a encariñarme mucho con los ordenadores que utilizo muy a menudo, así que me ha dado mucha pena dejar mi HP en el suelo y cambiarlo por este otro, que es muchas veces más potente: un Intel Core 2 Quad Q8200 a 2,33GHz, con 4Gb de memoria y un disco duro interminable (aunque no dudéis que, en pocos años, lo llenaré de información completamente inútil y desorganizada, donde no habrá forma de encontrar nada).

Y lo peor del caso es que, después de dos veces hace una semana, el dichoso HP no ha vuelto a reiniciarse, como si se oliera que lo he jubilado porque eso de estar muy tranquilo y que, de repente, el ordenador se reinicie solo, no tranquiliza demasiado.

Es cierto, también, que este ordenador antiguo constata algo que mi hermano y yo comentamos muy a menudo. El mercado de los ordenadores personales se ha "estancado". Aún recuerdo que mi Pentium tardó apenas un año en quedarse muy desfasado. Este HP que he jubilado por avería inencontrable llevaba cinco años funcionando, y si no hubiera fallado, seguiría usándolo sin encontrar excesivas diferencias en cuanto a funcionamiento con respecto a mi nueva máquina. De hecho, este va más rápido, pero muy poco, y sólo notaré diferencias si juego a algo (ya os contaré), ya que con el otro los juegos de los últimos dos años ya no funcionan.

Por cierto, debo respuestas...

01 abril 2009

La confianza en el escritor

Desde hace algunos meses, leo y participo en muchas bitácoras de aficionados o profesionales a escribir y, la verdad, he aprendido muchísimo en todos. Leyendo y releyendo siempre acaban surgiéndote dudas e ideas, y esta entrada va a ir de una de ellas.

Leyendo uno de los artículos de la bitácora, muy recomendable, de
Teo Palacios, me surgió el asunto de la confianza en el escritor, que es un tema que sería aplicable, también, a los directores y guionistas de cine. Me refiero a algo difícil de explicar, para lo que voy a usar un ejemplo. En algo que escribí hace muchísimos años, ambientado en lo que parece la Europa de los siglos XIII-XV, un personaje hablaba de que, o aprendía a cazar, o sólo comía patatas. Es algo que escribí conscientemente, sabiendo que las patatas no se cultivaron de forma generalizada en Europa hasta muchos años después del descubrimiento por los europeos de América. Eso es algo que hago muy a menudo, porque hay que darle a énfasis a eso que he dicho de "lo que parece". Introduzco conscientemente anacronismos con varios objetivos cuando escribo cosas en una ambientación que podríamos llamar "medieval". Uno de ellos, dar pistas al lector. En ese mismo escrito, muchas páginas después se descubría que aquello no era la Europa de esa época... de hecho, ni siquiera se trataba de la Tierra. Pero esta pista sólo le resultará tal al lector que confíe en el escritor.

Si el que ha leído confía en que mi ambientación es correcta, sabe de historia y lee lo de las patatas, si está sospechando que lo que se relata no está sucediendo en la Europa medieval, tendrá una pista más de que está pasando algo, que, o bien, no es la Tierra, o que estamos en el futuro, o las dos cosas. Si el que lo lee no confía en mi capacidad de documentarme, creerá que el anacronismo es un error y sentiría que "sale" de la historia. Otra cosa muy diferente es que estuviera escribiendo una novela histórica, entonces sí sería un error grave, pero no es el caso.

Creo que esto ilustra el problema de la confianza en el escritor. No se puede poner una nota a pie de página que diga: "Ya sé que las patatas no se conocían en Europa en esta época, pero es que no estamos ni en Europa ni en la Tierra", acabaría con la "magia" de la historia. O se fían del autor, o le mandarían una carta tratando de enseñarle algo que ya sabe.

Desgraciadamente, y esto me gustaría debatir en esta entrada, no sé bien cómo se consigue generar confianza en el autor, sobre todo si éste es joven, primerizo o escribe literatura fantástica. Muchas veces, tienes que fiarte del autor, o tienes que conocer en profunidad el tema y, nuevamente, confiando en el buen hacer del escritor, saber que ese anacronismo o hecho improbable tiene alguna razón de ser. Siempre pongo el mismo caso. En España se escribe muy poca ciencia-ficción, y no se tiene excesivo aprecio a quien lo hace, como si fuera un género menor o de segunda categoría. Sin embargo, tenemos joyas como Mundos en el Abismo, de Juan Miguel Aguilar y Javier Redal, que es una de las mejores obras de ciencia-ficción que he leído nunca. Sin embargo, requiere fé en los autores. Un gran problema, de esos que te "sacan" de la historia si sabes de ciencia, es que lo que aparezca en una novela vaya en contra de la física. Esto pasa tan a menudo en películas y libros de ciencia-ficción que a mí me sorprende que existan correctores editoriales y expertos que miren las ambientaciones de los libros, ya que un simple licenciado en física descubre errores garrafales y sin sentido. Pues bien, en Mundos en el Abismo, hablan de algo que no puede pasar.

Se desarrolla en un futuro remoto, en el que la Humanidad, ahora, vive en un
cúmulo globular denominado Akasha-Puspa (Flor del cielo). El motivo es que, dentro de un milenio o así, un cúmulo globular cruzará el disco de la Vía Láctea justo por donde está la Tierra, y arrastrará el Sol consigo. Esto es altamente improbable. Si fuera a pasar algo así tan pronto, ya lo sabríamos, y veríamos en el cielo un cúmulo globular de gran tamaño (sería una imagen preciosa). Asimismo, si bien es cierto que los cúmulos globulares cruzan el disco de la Vía Láctea en su órbita, normalmente están en el halo y relativamente próximos al núcleo. Además, habitualmente, son los cúmulos globulares los que pierden estrellas al cruzar el halo, y no al revés. Podría suceder lo que cuentan, pero no es muy probable. Si yo fuera un lector que no confía en los autores, inmediatamente diría que esto es un fallo en la ambientación. Pero, ¿por qué hacen esto? Porque es la única forma, si no queremos violar la física actual, en que tendría sentido un imperio galáctico, o sea, un estado que domine diversos sistemas solares. En un cúmulo globular, la densidad de estrellas es muy elevada, y podría viajarse entre una estrella y otra en cosa de meses, no los 4-5 años teóricos de viajar de la Tierra a Alpha Centauri, la estrella más cercana. O sea, que no, que mal documentados no están, pero necesitan este hecho improbable, aunque físicamente plausible para construir una novela que respeta bastante la ciencia y donde hay especulaciones científicas apasionantes en cada capítulo.

Pues eso, suelto la pregunta, ¿cómo puede hacer un escritor para ganarse la confianza de los lectores?