22 febrero 2018

#OrigiReto2018 Alys

Relato para el Reto de escritura de #OrigiReto2018 - Ejercicio: 23. Escribe los pensamientos de una embarazada que tenga miedo a que su hijo salga violador o psicópata.

Bases en:
http://nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es/2017/12/reto-de-escritura-2018-origireto.html
o en
http://plumakatty.blogspot.com.es/2017/12/origireto-creativo-2018-juguemos.html

Incluiré la pegatina en el siguiente ejercicio, que publicaré mañana como muy tarde. Como comenté en Twitter, le he dado una vuelta al ejercicio.Me salen 1029 palabras descontando títulos y los cinco asteriscos.


ALYS

Me desperté muy contenta. Aún me duraba la alegría por lo que me había dicho Svala tres días atrás. Ningún embarazo es bueno durante los seis primeros meses, por culpa de la incertidumbre. Svala es una buena hechicera, pero no hay magia capaz de adivinar el sexo de un feto antes de los seis meses. Y no quería dar a luz a otro varón.

Mientras aseaba a Ferdinand, que ya tenía dos años, pensaba en la suerte que había tenido. Cuidar de él era duro, pero era un niño bueno. Los hombres son dados a la maldad y mientras estuve embarazada de Ferdinand, sufría pensando en si acabaría convertido en un monstruo asesino y enloquecido. Quizá estuviera llevando en el vientre a un ser desalmado, que inundaría el mundo de más dolor y tristeza. Por fortuna, las pruebas de Svala indicaron que Ferdinand tenía un alma pura.
Esperaba impaciente visitar a la hechicera para conocer el resultado de las pruebas. Saber que iba a dar a luz a una niña era maravilloso. Recordé el miedo con que acudí a recoger los resultados de Ferdinand. Al ser una niña no había nada que temer: el mal no anida en el corazón de las mujeres.

                                                                         * * * * *
Le llevé una cesta llena de verduras de nuestra huerta a Svala. Llamé a la puerta, encima de la cual había un escudo del cuerpo de hechicería imperial, y la hechicera del pueblo abrió y me sonrió:
—¡Ellianne! ¿Cómo estás? —dijo y me besó las mejillas.
—Con ganas de tener a Alys en los brazos.
—¿Ya le has puesto nombre?
Me invitó a pasar y charlamos un rato, mientras preparaba té de Sinibulast para las dos. Aún faltaba una hora para que la poción de alineamiento se estabilizara, pero la de afinidad ya estaba lista, y Svala la trajo mientras tomábamos la segunda taza de té.
—Tiene una afinidad muy buena con la magia —dijo Svala.
La composición del líquido que había en la botella redonda y de cuello largo era un secreto de estado. El único ingrediente que conocía era un mechón de mis cabellos. El recipiente de cristal contenía un líquido blanco, lo que simbolizaba la claridad con la que Alys percibiría la magia.
—¿Podría convertirse en hechicera?
—Si le gusta la magia y tiene la paciencia para estudiar… El blanco es casi puro. Mi poción de afinidad fue gris clara y fui una de las mejores de mi clase, así que imagínate.
Me alegré mucho por mi hija. Si Alys conseguía un puesto de hechicera, el Imperio quizá la mandara a la otra punta de sus dominios, pero tendría uno de los trabajos mejor pagados. Charlamos durante hora y media más, al cabo de la cual, Svala me invitó a acompañarla al laboratorio, la habitación de al lado.
—Así sabrás los resultados antes —me dijo la hechicera con una sonrisa.
El laboratorio, en cuyo centro había una mesa con pociones, tarros y utensilios desordenados, estaba lleno de estanterías con libros, otras con vasijas llenas de ingredientes, o vacías, y armarios con llave. En el centro de la mesa había una especie de baúl que Svala abrió con una llave de su manojo.
—Es mágico —me dijo mientras sacaba del baúl algo envuelto en un paño grueso y lo dejaba en la mesa—. Acelera la estabilización de la muestra.
Y cuando lo desenvolvió, inspiró fuerte, estupefacta. Retrocedió dos pasos, se tapó la boca con las manos temblorosas y me miró con los ojos muy abiertos. Sentí como si el corazón quisiera salírseme del pecho. Los colores de la poción de alineamiento asociaban bondad con el azul del día y maldad con la negrura de la noche. Aquella poción era tan oscura como una caverna de madrugada.
—Alys… Alys es un monstruo —dijo Svala y me partió el corazón—. ¡Es igual de maligna que un demonio! Y su poder mágico es enorme. ¡Es una pesadilla!
No pude soportarlo: empecé a llorar. Svala me abrazó y me dejó sollozar contra su hombro.
—Tiene que ser un error… Es una niña, no puede… —dije entre lágrimas.
—No hay error, y sí que puede. Es una superstición pensar que solo los hombres pueden ser muy malos. Solo lo exteriorizan más y por eso la gente se lo cree, pero el mal anida igual de fuerte en hombres que en mujeres.
Slava me separó con suavidad, me secó las lágrimas y me miró muy seria.
—No podemos permitir que crezca un monstruo entre nosotros. Tendrás que encargarte tú.
Callamos un instante en el que solo pude mirar a la hechicera.
—Darás a luz a Alys y tendrás siete semanas para matarla. Es terrible, pero salvarás muchas vidas. No tiene por qué sufrir; ahógala con una almohada. Júrame que lo harás.
Retrocedí horrorizada, hasta que el contacto con la mesa me detuvo. Tenía la mano sobre el vientre abultado. Recordé a Ferdinand recién nacido. Era una cosita tan pequeña, tan bonita… De pronto, me volvieron a correr lágrimas por las mejillas.
—¡No puedo! No me pidas eso… tiene que haber… otra solución.
Tuve miedo de que Svala, por hacerle un bien a la Humanidad, me arrancara a Alys de las entrañas. Quise salir del laboratorio sin darle la espalda a la hechicera.
—¡No te me acerques! —le grité.
—Espera… perdóname —dijo Svala —. Era una prueba. Nadie va a hacerle daño a tu hija. Nadie debe hacerlo.
Svala se acercó despacio y volvió a secarme las lágrimas acariciándome las mejillas.
—No se puede combatir el mal con el mal. Si matáramos a Alys mientras sea una niña, caería sobre el pueblo la peor de las maldiciones. Moriría aún más gente.
La hechicera me llevó de la mano hasta el salón. Nos sentamos frente a la tetera y las tazas vacías.
—Lo único que podemos hacer con un mal tan poderoso es transferirlo. Darás a luz a Alys y la cuidarás un par de años como mucho. Luego la enviaremos al norte del Imperio, a Iorusuca, a Boruharis o, incluso, a Farunq. Ya veremos.
Al principio me resistí, pero las razones de Svala eran buenas. Y al final, juré que daría en adopción a Alys cuando cumpliera dos años.

4 comentarios:

Aylen Sheelag dijo...

Hola!

Está muy chulo tu relato, es original. Yo no soy muy dada a leer historias mágicas etc, pero esta tiene un toque que, simplemente me ha gustado.
Me ha parecido muy buena idea la manera en que has cambiado el transcurso de la historia al saber que, a pesar de ser niña, era maligna, pues como bien expresas no solo los hombres son malos, sino también mujeres.
No sé si lo enlazarás con un segundo relato, pero me he quedado con ganas de saber qué va a pasar jeje.
Enhorabuena!😉

KATTY COOL dijo...

¡Hola! Me ha gustado la forma en la que encaras el relato, eso de hacer hechicería y ver la afinidad con la magia, género y maldad-bondad que va a tener el bebé a través de los colores de las soluciones me parece muy original, la idea buena y a pesar de ser relato corto, logras hacer que de ansiedad y dar giros dramáticos, bien hecho.

No hay mucho que corregir la verdad es que está muy bien en ese sentido también, quizá que da la sensación de que queda algo acelerado en algún momento puntual y es como muy brusco, del estilo: "es así pero no, ahora es asá. Pero bueno en general bien ^^ Te comento dos tonterías que encontré pero vamos, son minucias:

"que Svala abrió con una llave de su llavero." sé que no está mal, solo me suena un poco repe xP
"Tuve miedo de que Slava," el nombre está mal, era Svala, ¿verdad?

Nada más, buen relato y voy a corregir tu febrero2 para sumarte ya los puntos ^^

.KATTY.
@Musajue

Stiby dijo...

Hola!
Muy chula la vuelta de tuerca que le has dado al relato y al objetivo. Me ha gustado mucho y te ha quedado muy bien. Sobre todo me ha gustado la aparición de la magia y el toque fantástico que le has dado al relato con las pociones para conocer el sexo y el ¿alma? del feto/bebé.
No tengo mucha más cosa que comentar, así que voy a ir directamente a leer tu segundo relato :)

Juan dijo...

Buenas tardes

Sheila Marín. Respondo muy tarde, aunque leí tu opinión en su momento. En efecto, lo más típico en ese relato habría sido que, como se supone que solo los hombres somos malos, el feto hubiera sido de un niño. Quise darle esa vuelta por lo mismo que comentas. Me alegro de que te gustase.

Katty. Gracias a ti también por haberlo leído. Acerca de las dos erratas que mencionas, las he cambiado. Efectivamente, es Svala y he cambiado llavero por "manojo". Con respecto a la parte central, estoy de acuerdo en que es algo apresurada, pero eso se debe a que en 1000 palabras no podía extenderme en dar la idea de que a la madre de Alys le cuesta algún tiempo tomar esa decisión tan importante. Gracias por la lectura y las correcciones.

Stiby. Gracias por leerlo y comentar. Me alegro de que el giro de tuerca y convertir el relato en uno fantástico te hayan gustado. A menudo, me gusta jugar con los colores si hablo de magia.

Un saludo.

Juan.