Leído Estirpe Salvaje, de Montse de Paz
Estirpe Salvaje es otro de los libros que he leído a causa de visitar las bitácoras de la gente aficionada a escribir. Y se trata, también, de otro libro que englobaría en la nueva hornada de escritores de fantasía españoles que están dándole vitalidad a ese género, tradicionalmente rechazado y "cosa de anglosajones".
Estirpe salvaje es la primera obra de Montse de Paz, cuya bitácora es:
Montse de Paz
Como podréis leer, durante mucho tiempo, fue una de tantas aficionadas a la escritura que iba de editorial en editorial, recibiendo rechazos. Y ha acabado publicando nada menos que con Espasa.
Y como se puede adivinar, efectivamente, Estirpe Salvaje es un libro excelente, muy recomendable. Su originalidad se centra en la ambientación. Slavamir, el país en el que se desarrolla la trama es un trasunto de la Rusia medieval. Los nombres, la cultura, la forma en que se describen las cosas... todo ellos nos transporta a un mundo muy parecido a la Rusia de la Edad Media. La historia narrada es muy interesante, te mantiene todo el rato en vilo, a ver qué va a pasar ahora. Tiene momentos muy emocionantes...
El amor es algo que aparece, pero no es en absoluto el centro de la trama, que va más bien de superación personal, de la existencia del espíritu por superar las dificultades. Lo único curioso, y que no debe entenderse como punto negativo, es lo fáciles que resultan las relaciones amorosas. Ya digo que no es algo que a este libro le interese. El romanticismo entra en su medida justa, como algo más de las cosas que existen en el mundo, pero nunca como una fuerza rectora de la trama. De hecho, es uno de los tratamientos más realistas sobre las relaciones afectivas en ciertas edades que he visto, con la única pega de que para los chicos todo es demasiado fácil. Aquí es lógico, repito, ya que no es un tema que importe demasiado para la trama.
Para acabar, este libro tiene una ambientación difícil de ver en la literatura épica, muy bien resuelta, y es un libro a tener en cuenta. Otro ejemplo de que en España siempre ha habido buenos escritores de literatura fantástica; sólo hacía falta que las editoriales empezaran a hacerles caso. ¿Cuántas maravillas de literatura épica, como este libro, habrá en España sin ser descubiertas porque el fantástico sigue siendo el "género menor"? Como si 1984 (ciencia-ficción, fantástico, libro de "segunda", que arremetía sin piedad contra la URSS en una época en que nadie se atrevía ni a soplarle) no fuese mucho más demoledor que tanta obra supuestamente comprometida pero que carece de valor de enfrentarse, siquiera, a las contradicciones de nuestra sociedad (no sea que la tilden de "incorrecta políticamente").
Felicidades a la autora.
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