Mundo de Cenizas. Capítulo XXXIV (Segunda parte)
Retomo, después de mucho tiempo, esta pequeña novela. La primera parte del capítulo lo publiqué aquí: Capítulo XXXIV (Primera parte). La historia entera puede seguirse en la etiqueta Mundo de Cenizas.
Una bitácora empresarial en la que, apenas, el 5% del contenido es de corte empresarial. Contradicciones de la vida moderna.
Retomo, después de mucho tiempo, esta pequeña novela. La primera parte del capítulo lo publiqué aquí: Capítulo XXXIV (Primera parte). La historia entera puede seguirse en la etiqueta Mundo de Cenizas.
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Juan
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Etiquetas: Literatura, Mundo de cenizas
Un artículo breve para hablar de errores de programación, concretamente, de un despiste que estoy empezando a cometer ya demasiadas veces. Se produce cuando programo en PhP.
Suponed que defino una variable, que se pasa por POST, al principio de un archivo PhP que graba o modifica un registro de una base de datos:
$variable=$_POST["variable"];
El valor de $variable puede ser, pongamos "nueva" o "modificar". Para determinar en qué caso estamos, escribo un "if" así:
if ($variable='nueva')
{
// Se ejecuta la creación del nuevo registro.
}
else
{
// Se modifica el registro.
}
En el código anterior está el fallo. El caso es que al ejecutarlo, resultaba que siempre ejecutaba la creación del nuevo registro, nunca la modificación. Casi media hora revisando las cabeceras HTML, viendo los valores de la variable $variable... Hasta que di con el error de casualidad.
¿Aún no habéis visto el error? Es fácil. La línea correcta del "if" es:
if ($variable=='nueva')
Esto es, en PhP $variable='nueva' es una asignación, esto es, la variable $variable pasa a valer 'nueva'. En cambio $variable=='nueva' es una evaluación lógica, esto es, PhP mira si $variable contiene el valor 'nueva'. Si lo contiene, devuelve "true", en caso contrario, "false". Yo estaba poniendo como condición lógica una asignación, que no devuelve en principio lo que tiene que devolver, y daba ese efecto extraño.
Un simple = me trajo por la calle de la amargura anoche...
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Juan
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Etiquetas: Programación
Esta segunda pregunta me va a ser mucho más fácil de contestar que la primera. Como primera historia señalaré la primera que logré terminar, ya que después de haber terminado la primera tras años de dejar escritos inconclusos, empecé a terminar la mayoría de lo que empezaba.
El primer intento de relato o novela que recuerdo comenzó muy influido por "La Guerra de los Mundos" de H. G. Wells, que acababa de leer. Tendría 9 o 10 años. Hice mi copia de la obra de Wells, pero ambientada en el mundo actual (de la época) y basándome en un atlas gigante que perteneció a mi abuelo. En ese atlas, podían verse mapas de todos los países del mundo. Así que empecé a imaginarme que una oleada de trípodes, de diferentes cabezas (triangulares, redondas) invadían los puntitos de los mapas que eran ciudades. Recuerdo que en Ucrania y cercanías (entonces parte de la Unión Soviética) los invasores destruyeron tres ciudades: Neezin, Jarkov y Poltava.
Después de aquello, que podríamos calificar de "fanfic", empecé algunas historias, que era incapaz de terminar. Apenas recuerdo de que iban: aventuras, nuestra tierra en situación apocalíptica, ciencia-ficción. Así, así, haciendo memoria... Recuerdo un engendro que era una novela de ciencia-ficción ambientada en un vuelo tripulado de un sistema solar a otro. No recuerdo de qué iba, pero aparecían extraterrestres infiltrados (que no eran malvados). Otro engendro iba de un hombre que, no recuerdo cómo, entraba en contacto con una raza de seres femeninos cuyos cabellos eran verdes y estaban vivos, ya que eran producto de una relación simbiótica mutualista (ambas especies se benefician) entre algún tipo de alga y seres humanos. Retomé la idea haciendo que, en Granada capital, un chaval que iba de fiesta fuese secuestrado por una mujer de ese estilo. Tenía la gracia de que iban recorriendo calles de Granada, de noche, y abandonando la ciudad por una carretera oscura hacia un sitio que ya no recuerdo. Todas aquellas historias estaban demasiado influidas por otros libros que había leído (aunque eso de la simbiosis alga-humano no sé de donde lo saqué). Un último engendro era una novelita muy breve de ciencia-ficción, en el cual, existía una serie de flotas que vagaban por el Universo y cuyo objetivo era exterminar la vida. Esa flota avanza hacia un planeta y su almirante se lleva la sorpresa de que les plantan cara con otra flota de naves de guerra. Nadie entiende quién les ha avisado. Todo esto va mezclado con la misión de un caballero que tiene que vencer a no sé qué monstruo. La relación entre ambas tramas se me olvidó. Sí recuerdo el final. La flota del planeta es aniquilada y la civilización es exterminada. Y la flota maligna toma rumbo hacia la Tierra. Un poquito penoso, pero tenía 18 años cuando ideé aquello, y os puedo garantizar que no es una copia de Las Crónicas de Riddick (esas flotas malignas se parecen a los necróferos) porque la película no se había estrenado en 1992, cuando ideé la historia (es del 2004).
Sin embargo, en 1995 estaba cursando cuarto de física, especialidad teórica, en la Universidad de Granada. Tenía 21 años. Y en una habitación interior de una pensión donde pasé los dos mejores años de mi estancia en la Universidad, hacia febrero o marzo, terminé un relato que se llamaba "Jirones de niebla". Fue la primera pieza de prosa que terminé. Cinco páginas de Word, 2874 palabras incluyendo el título. Y, además, la escribí de un tirón. Fue el primero de mis escritos con el que me quedé satisfecho y, a partir de ahí, empecé a acabar relatos uno tras otro, hasta llegar a los cuarenta o cincuenta en el transcurso de los siguientes cinco años.
Jirones de niebla trata de la historia de Marta. La protagonista regresa a su hogar después de haber pasado unos días con su madre a causa de una discusión muy fuerte con su marido. Aparca su coche, saluda al portero, que no le hace mucho caso, sube a su casa y se encuentra que la llave no entra. Llama hecha una fiera, pensando que su marido le ha cambiado la cerradura y quien le abre es una mujer que no conoce. Discuten y Marta comprende que aquella mujer cree sinceramente que lleva viviendo allí con su familia desde hace tiempo. Se va para aclararlo todo con la policía, regresa al aparcamiento y la llave del mismo no abre. En esto, empieza a caer una niebla extraña, hecha a jirones. Marta se desespera. Encuentra a un policía y le expone su problema, pero éste no le hace el menor caso. La protagonista, cada vez más cansada acaba paseando por un parque, rodeada por los jirones de niebla, que cada vez son más espesos. Agotada, se sienta en un banco.
Y aparece su marido. Y le explica que es un ser que le roba la vida lentamente a sus seres queridos. Con cada beso, cada caricia o cada discusión, le arrebataba un poquito de vida. Le había ido robando la vida muy despacio, a lo largo de los años y todo lo que pasaba aquel día era que a Marta se le había terminado la energía, y estaba desapareciendo. Su marido no era un ser malvado, se apena al verla moririse, pero robar la vida a los seres humanos es su manera de sobrevivir. Y, al final, Marta se desvanece en la niebla.
Este primer relato que acabé fue como la chispa que me hizo ir terminando muchas cosas, iniciar una novela, hasta que tuve un parón literario hacia 2002 del que no salí hasta 2006-2007, aunque nunca recuperé la facilidad de la segunda mitad de la década de los noventa para urdir historias.
Pregunta 2 del reto respondida. ¡Conseguido!
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Juan
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Etiquetas: Literatura, Reto yo escribo
Esta primera pregunta del reto lanzado por Eleazar me va a costar algo de trabajo por dos motivos. El primero porque no se me dan demasiado bien las descripciones, y el segundo porque me cuesta especial esfuerzo describirme a mí mismo. Haré lo que pueda.
Puedo empezar por lo físico. Tengo cuarenta años, cumplidos hace unos cuatro meses, una estatura bastante normal: 1,70m y me siguen sobrando muchos kilos. Tengo el pelo negro con canas, sobre todo en las sienes y en las patillas, y los ojos verdes. Soltero y sin esperanzas de que eso cambie, cosa que comento porque, creo, influye en lo que escribo. Por último, vivo cerca de Málaga, en España.
En nuevo párrafo, mis estudios y mi profesión. Soy doctor en física y mi tesis trató sobre modelación teórica de suspensiones coloidales. También tengo cursados un par de años de matemáticas. En cuanto a la informática, la mayoría de lo que sé lo he ido aprendiendo por mi cuenta, con la única excepción de que soy Analista de Aplicaciones, especializado en una metodología llamada Métrica 2. Mi trabajo actual es en una empresa de Economía Social (una sociedad laboral) dedicada a la informática. Mi trabajo en la empresa suele ser el de programador, ya sea en PhP o en Visual Basic .NET, aunque también hago de contable y, en el pasado, trabajé bastante tiempo de consultor de innovación. También maqueto en LaTeX (maravilloso para textos técnicos plagados de ecuaciones; LaTeX, a la hora de escribir la tesis, me regaló varios años de vida).
Cambio de párrafo para hablar de aficiones. Me gusta la astronomía, aunque llevo tiempo sin practicarla. También la fotografía. Me gusta retratar en particular cosas como flores, paisajes y... gatos. Pero soy un mero aficionado con una cámara muy grande: una preciosa réflex digital. Me gusta aprender idiomas (y, a veces, crearlos). Aparte de en castellano, me defiendo bien en inglés e, incluso, he llegado a escribir algún relato en esa lengua. Me gusta mucho el esperanto, el idioma más fácil del mundo, en el que tengo publicado un relato. Y soy muy aficionado a los bailes de salón. Practico unos cuantos, aunque los que más me gustan son: el vals vienés, la bachata, el pasodoble (versión de salón sin aflamencar), la salsa en línea, el merengue, el bolero, la polka y el foxtrot. También sé algo de swing y de rock and roll, pero los practico menos.
Ah, claro, y soy muy aficionado a leer y a escribir. En cuanto a las lecturas, aparte de tratados de física y de matemáticas (que tienen su aquel), me gustan mucho las novelas de fantasía y las de ciencia-ficción. También la literatura histórica. Mi libro favorito es "El Quijote". Otros que me hayan gustado mucho: 1984, El Señor de los Anillos, El Buscón, etc... A la hora de escribir, mi especialidad es la narrativa breve, dividida en tres partes desiguales: fantasía, realista y ciencia-ficción (podríamos decir: 50%-40%-10%). Novelas breves tengo una sola, de ciencia-ficción, llamada Solemastelo que se puede hallar en Amazon. Tengo a medio terminar (cosa que llevo unos 15 años diciendo) una novela larga, de 180.000 palabras que, a falta de título, denomino "La Innominada" (título que, por cierto, ya existe).
Y nada más.
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Juan
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Etiquetas: Literatura, Reto yo escribo
Una entrada breve para mostraros cómo me van las cosas en los proyectos científicos de computación distribuida de BOINC. Mis estadísticas en tiempo real están, como siempre, en Boincstats. La siguiente imagen resume como me va:
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Juan
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Para empezar el año, que será mucho mejor que el anterior, seguro, una canción.
Se trata de The nightingale's song de Mychael Danna y Jeff Danna. El primero es bastante famoso por sus bandas sonoras para distintas películas.
Dicen que esta canción es un "slow waltz". Aunque me lo parece, no quiero asegurarlo porque no he tenido ocasión de intentar bailarla (necesitaría un salón muy grande y despejado). El caso es que es bonita.
Espero que este año tenga más oportunidades de escribir en la bitácora.
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Juan
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Etiquetas: Bailes de salón, Música