28 junio 2018

#OrigiReto2018 La mezcla ITSDHH

Relato para el Reto de escritura de #OrigiReto2018 - Ejercicio: 24- Escribe un relato en el que ningún personaje tenga genero ni sexo.

Bases en:
http://nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es/2017/12/reto-de-escritura-2018-origireto.html
o en
http://plumakatty.blogspot.com.es/2017/12/origireto-creativo-2018-juguemos.html

Son 1037 palabras, tras descontar los 15 asteriscos de separación de escenas.



LA MEZCLA ITSDHH

Legalmente, ya no tenía género. Mi tarjeta de identidad electrónica decía, cuando algún control de acceso de los muchos que me estaban obligando a cruzar leía mi estado legal, que mi género estaba anulado. Por tanto, estaba sujeto al régimen jurídico destinado a las personas sin género, lo que tendía a ser confuso y causar ciertos problemas.

Me libré de varios de esos problemas porque me llevaron a mi casa una pareja de robots policías asexuados, esto es, sin rasgos que los hicieran pertenecer a ninguno de los géneros que la ley reconocía. Me habían anulado el género aquella misma mañana, pero entre los trámites y la falta de disponibilidad de agentes robóticos, partía hacia mi arresto domiciliario a las dos de la madrugada.

Mientras los robots me obligaban a subir en el ascensor hasta el pequeño apartamento en el que siempre había vivido en soledad, intentaba recordar mi pasado, pero la asexualización para reeducación incluía la pérdida de los últimos veinte años de memoria, lo que implicaba que no podía recordar nada posterior a los días en que tenía nueve años. Era una amnesia selectiva que no afectaba a las capacidades intelectuales: prodigios de la ciencia de la segunda mitad del siglo XXI.

Por supuesto, ignoraba qué crimen habría cometido para haber recibido tal reeducación, pero, probablemente, se debería a algún tipo de agresión contra alguna mujer. Esperé con paciencia a que los robots cambiaran la configuración de la puerta de mi vivienda. Solo se abriría desde dentro en caso de incendio o de derrumbe del edificio. Solo podrían abrirla desde fuera agentes de la ley con autorización judicial. Al cabo de quince minutos, me hicieron entrar y cerraron la puerta. No se abriría durante mucho tiempo: meses, incluso años. No me era posible recordarlo.

Algo que no terminaba de borrar la asexualización eran los recuerdos de las sensaciones. Cuando me senté en el sofá y encendí el ordenador del salón, recordé haber pasado buenos momentos en aquel recinto. Algunos en solitario, otros en compañía. Recordaba haber sentido atracción sexual, con lo que debía de haber pertenecido a alguno de los colectivos sexualmente activos antes de ser asexualizado. Debí de ser heterosexual, ya que era muy extraño que a un varón de otra orientación se le aplicara una condena como la mía.

En realidad, quizá no hubiera sido un varón. Asumía que lo era porque recordaba que, de niño, al ir a orinar, me sujetaba un pene, pero podía haberme operado en la adolescencia. Me llevé la mano a la entrepierna y noté que tenía un protector. La asexualización dejaba todos los órganos externos de esa parte del cuerpo insensibles, tanto que podría haberme destrozado los testículos a martillazos y no sentiría nada. Para impedir daños a esos órganos, se implantaban calzoncillos que los protegían y extraían los fluidos corporales de manera limpia y segura. Todo un prodigio de la tecnología de la segunda mitad del siglo XXI.

Cené sin ganas y me fui a la cama muy cansado, pero sin ganas de dormir. No conseguí conciliar el sueño y me pasé largas horas desordenando las sábanas, haciendo grandes esfuerzos por recordar qué me había llevado a aquella condena. Lo único que pude extraer de mi subconsciente, cuando el sueño empezó a vencerme, fueron dos individuos. No recordaba nombres ni aspectos, eran como sombras en la memoria. Pero uno de ellos, el de mayor estatura, me hacía sentir un brinco en el corazón y el otro me inspiraba una punzada de tristeza. Si, al menos, pudiera haber recordado sus nombres…

* * * * *  

La única ventaja de mi vida asexuada era la tranquilidad. Como sufría arresto domiciliario, me limitaban la jornada de trabajo a cuatro horas al día. Lo único que hacía era revisar textos docentes. No me decían en qué trabajaba, pero algo me decía que no era profesor.

Al ir avanzando los días, me iban volviendo a la memoria multitud de recuerdos de bajo nivel: sensaciones,  sonidos, trozos de canciones… Y, sobre todo, imágenes fugaces acerca de los dos individuos cuyo recuerdo me provocaba aquellas sensaciones. Tras dos semanas de encierro, estuve seguro de que sentía nostalgia hacia el individuo más alto y tristeza y antipatía hacia el individuo más pequeño. Si había sido heterosexual, el alto debería de ser una mujer y el pequeño quizá fuera un niño o una niña. ¿Serían eran mi esposa y mi hijo o mi hija? Puede que mi vástago fuera muy rebelde, me causara graves problemas, y eso es lo que iba evocando. Lo que era seguro es que amaba al individuo alto, y la asexualización me impedía recordar lo que sentía por, supongo, ella. 

Aquella imposibilidad de recordar me llenaba de rabia hacia quien me hubiera denunciado, hacia el sistema judicial y hacia toda la Humanidad. Pero, un rato después, me calmaba y pensaba en que era muy probable que me mereciera el castigo. Asexualizado como estaba, no podía entender qué me habría llevado a violar a una mujer, si es que eso había hecho. Nada tenía sentido. 

* * * * *  

Tras cuarenta días de asexualización, entraron en casa tres robots sin rasgos externos de género y me inyectaron una buena dosis de la mezcla ITSDHH, la que anulaba tanto el deseo sexual, como la visión propia del sexo que hubiera tenido y que dejaba sin sensibilidad los órganos de género que protegía el calzoncillo especial. Tendría que someterme a aquella inyección, que dolía mucho y me dejaba, durante un par de horas, mareado y con la mente confusa, cada cuarenta días.

Cuando me recobré lo suficiente era tan tarde que ni siquiera me levanté de la cama. Preferí dormitar. Y soñé con el individuo alto. No reconocía frases ni palabras, ni siquiera podría asegurar qué tono de voz tenía. Pero sé que discutíamos, y que esa discusión me destrozaba el alma. ¿Tendría que ver la discusión con el motivo de mi condena?

* * * * *  

Tras dos años y tres meses de encierro, entró un robot asexuado judicial y dos robots policías también asexuados. El agente judicial se detuvo junto a la mesa donde trabajaba.

—Debe acompañarme. Alguien ha solicitado el levantamiento de su asexualización por motivos recreativos.

Me levanté y los acompañé de buena gana. Al fin iba a saber qué había sucedido.

2 comentarios:

Stiby dijo...

Hola!
La idea de este relato me ha parecido muy chula, me nxantan los relatos con robots y este además es muy oscuro, doble punto para mis gustos.

Sin embargo, no acabo de ver que el personaje se dirija hacia sí mismo en masculino si no sabe qué es, aunque claro, de algún modo se tendrá que dirigir, supongo.

Todo el mundo estáis eligiendo personas para hacer este objetivo y yo opino que las personas siempre tienen un género, a no ser que hayan nacido en una sociedad diferente a la nuestra, en la que no se distinga educación, valores, moda, gustos, trabajos, responsabilidades etc en función de los genitales con los que nazcas.

En tu relato das a entender que le han extirpado los órganos sexuales así que por ahí va bien el otro requisito del relato (que no tenga sexo) por lo que ya es más que algunos otros relatos que he leído en los que no se especificaba el género ni sexo de los personajes pro obviamente estaba ahí.

De todos modos sigue sin gustarme la alusión a las violaciones pero al menos das a entender que ha sido duramente castigado por ello. En este sentido me ha recordado a mi relato de "Me lo iba buscando".

Solo un capítulo más

KATTY COOL dijo...

Pinta un futuro realmente difícil este relato xD
La verdad, la idea me parece original, se insinua que la asexualizacion es algun tipo de castigo o más bien condena, junto coon el borrado de memoria, y me parece una base muy buena para una distopia, pero si te doy mi opinion sincera, creo que como castigo no tiene sentido castigar a alguien que no recuerda qué hizo. Si me parece bien como medida correctiva, en plan, mira hizo esto mal, pero si lo borramos aquí no ha pasado nada, no se si me explico :P
El personaje principal se refiere varias veces a sí mismo en masculino, y estoy segura de que si le das un par de vueltas a cualquiera de esas frases, verás que puede decirse lo mismo sin necesidad del género ^^ Si quieres echarle in vistazo un dia y tienes dudas, podemos echarle un ojo juntos, que seguro que sale :3

Por lo demas bien, original y correcto, buen trabajo!

.KATTY.
@Musajue