24 agosto 2007

Esperanza

La entrada de hoy va a ser poco habitual. Expreso en ella una sensación que me ha inspirado
algo. ¿Véis esta planta? (La foto no es gran cosa, cierto).



Es la rama tronchada de un Ficus Benjamina, que puse en una maceta para ver si consigo criar
otro de estos árboles. En el momento en que la planté, tendría alrededor de 20 hojas. En
cuestión de un par de días, se empezaron a secar, a ponerse marrones y a caerse. Creí que ya
había perdido el esqueje. Cayeron todas... salvo la única que puede verse en la fotografía.
Llevará ya unos tres días allí sola, dándole una última esperanza a una rama que está medio
seca.


Parece una metáfora acerca de la esperanza, de como cuando parece que todo está perdido, hay algo muy insignificante que nos hace reaccionar y salir adelante. Inspirándome en Loreena McKennit, cuando el amanecer parece perdido para siempre, buscamos consuelo en la luz de las estrellas.

Si, finalmente, el esqueje agarra, ya diré algo aquí.

2 comentarios:

Lillu dijo...

Dicen que hablarles a las plantas es bueno... Yo sólo puedo darte ánimo para que la tuya aguante porque soy pésima en el cuidado vegetal. De hecho no tengo ni una sola planta en mi casa porque se me mueren todas. Espero que esa hojita mantenga la esperanza :)

saluditos

Juan dijo...

Hola

Yo suelo tener buena mano, me agarra casi todo lo que planto, salvo los ficus benjamín, que son difíciles de clonar (je, je, je, llevo clonando seres vegetales desde que era crío ;-) ), así que sigo sin cantar victoria con esta.

La hoja sigue ahí, pero ocho yemas vivas que le quedaron tras perder las hojas, en el momento de la foto (creo que la hice el miércoles o el jueves) se le habían secado dos, y ahora se le han secado otras cuatro. Le queda una hoja y dos yemas...

De momento, la hoja de la esperanza sigue cumpliendo su función :-D.

Un saludo.


Juan.